Antes, tan conducido y dirigido, tan meticulosamente metido en el camino.
Ahora, en medio de un verde prado sin ninguna senda que seguir... La inmensidad te espera. Infinitas posibilidades y sólo una persona para escoger la adecuada: tú.
De pequeño preguntabas por qué no tenías ni voz ni voto en nada, y ahora te preguntas por qué nadie te puede echar un cable. La respuesta es sencilla: este camino sólo lo puedes construir tú. Al principio te parecerá difícil y trabajoso, pero hermoso al mismo tiempo. Y esperanzador. Un mundo de posibilidades al alcance de tu mano. Sólo basta con desear algo y realizarlo, porque tú eres el dueño de tu vida. Tú y nadie más.
Es ahora cuando comienzas a sentirte libre, sin cadenas que te aten, pero desprotegido al mismo tiempo. Ahora es cuando haces lo que quieres para modificar el paisaje; pero cuidado, porque cualquier detalle que modifiques te cambiará a ti también.
¿Quién eres ahora? ¿Quién quieres ser? ¿Qué rumbo vas a seguir?
En la historia de la humanidad, no hay dos paisajes iguales.