Revista Opinión

Consulta escocesa, consulta catalana

Publicado el 26 junio 2016 por Polikracia @polikracia

Las últimas horas nos han dejado multitud de análisis, enfoques y opiniones sobre qué supone la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Uno de los análisis más repetidos, sin duda, establece una comparación directa entre las consultas en Escocia y el conjunto del Reino Unido con la negativa española a la celebración de un referéndum para la independencia de Cataluña.

A modo de broma y ataque sobre el precepto de soberanía nacional al que alude el gobierno español, también se ha recurrido a un sarcástico “si los británicos quieren irse de la Unión Europea deberemos votarlo todos”. También entraremos en eso.

POR QUÉ LOS BRITÁNICOS NO NECESITAN NUESTRO VOTO

Es un concepto muy sencillo de explicar pero parece que no se acaba de entender del todo: España es una Federación, mientras que la Unión Europea se constituye en Confederación. Podría parecer una dicotomía de modelos que no influye demasiado, pero lo cambia todo.

En las federaciones, los distintos subgrupos (en nuestro caso las Comunidades Autónomas) tienen cierto o mucho poder y capacidad de autogobierno, dependiendo de la federación a la que aludamos, pero siempre existirá un poder central por encima de todos ellos. Así, por mucho que Quebec, Cataluña o Escocia cuenten con un poder de autogobierno envidiable con respecto a otros países, el poder central de Ottawa, Londres y Madrid y la soberanía nacional que de ellas emana se situa siempre por encima de estos entes regionales.

Las confederaciones no siguen esta estructura. En toda confederación, las distintas partes que la integran (en el caso de la Unión Europea los distintos países miembros) tienen una soberanía propia. Aunque existieren mecanismos o actores de coordinación entre las partes (Comisión, Consejo o Parlamento Europeo), estos no actúan como poder central por encima de las partes integradoras. Así, tal y como hemos dicho, estas partes mantienen su poder de decisión.

Entendido esto, entenderemos por qué los británicos votan sin necesidad de opinión externa su pertenencia o no a la Unión Europea y por qué Cataluña o cualquier región dentro de una federación no tendrá opción de voto propio para, por ejemplo, independizarse del país al que pertenece.

“Pero Escocia pertenece a una Federación y ha podido votar en solitario su pertenencia o no al Reino Unido”. Siguiente paso

ESCOCIA SÍ, CATALUÑA NO

Existen en la política comparada de sistemas políticos dos modelos a elegir, según la propia clasificación del politólogo holandés Arend Lijphart: Sistema Westminster y Sistema Consensual. Reino Unido, Singapur o la India pertenecen al primer sistema y España, Francia o Italia se ajustarían más al segundo.

Entre otras diferencias entre sistemas encontramos el sistema electoral, el número de partidos principales, el control del Banco Central o el número de cámaras de representación. Pero nos interesa una diferencia en concreto: el sistema constitucional de cada uno de estas variantes.

En el Sistema Westminster no existe constitución, no la busque usted por ningún lado. Las administraciones del estado se rigen por una serie de normas básicas previamente establecidas, pero países como Reino Unido no tienen una Constitución establecida que les maniate a la hora de tomar una u otra medida, más allá de la limitación que acarree el reparto de escaños en la cámara de representación. El Sistema Consensual es todo lo contario: tienen una Constitución, que suele ser además bastante rígida y que ejerce como Ley fundamental, lo cual sí limita el poder de actuación del gobierno o las cámaras de representación.

Para poner un ejemplo: Reino Unido acabó con la autonomía de Irlanda del Norte en el año 1972, y para ello solo necesitó aprobar una ley ordinaria con mayoría simple en su parlamento. Sin embargo, si el Gobierno Central en España quisiese anular la autonomía a una Comunidad Autónoma, necesita recurrir a la Constitución (artículo 155) y aprobar en ambas cámaras la ejecución de este artículo, con la mayoría reforzada que exige la misma.

En el caso de la consulta en Escocia ocurriría algo parecido. Al no existir una Constitución que limite el ámbito de actuación del gobierno, Reino Unido podría plantear si quisiera la independencia de la ciudad de Manchester del resto del país para constituirse en estado propio. En el caso de España, ya que la Constitución establece la soberanía nacional en el conjunto y limita la actuación del gobierno, una consulta de independencia que se celebrase solo en Cataluña sería total y absolutamente imposible sin cambiar previamente el texto constitucional.


Volver a la Portada de Logo Paperblog