consultapsicologica.es ¿Configurar un sistema de ticket es lo mejor?

Hace tiempo que reservé el dominio consultapsicologica.es, pensando que era interesante para realizar alguna actividad en la red relacionada con la psicología. La verdad es que, tras hacerlo, me olvidé enseguida de él, pues tenía otras muchas cosas que hacer. A pesar de ello, un día alguien me animó a explotarlo. La oferta era tentadora, pero el trabajo que supondría también era importante. Pero lo que son las cosas … enseguida surgieron otras oportunidades, otras obligaciones, y antes casi de comenzar a andar, el proyecto se abandonó. Quedó el cadáver de una web creada con drupal que recopiló algunos artículos sobre psicología y poco más. Alguien me dijo que no la cerrase, que aunque fuera solamente por la publicidad, merecía la pena dejarla vivir. Tras un año, me dio la fabulosa cantidad de 70€ de ingresos brutos, por lo que el motivo económico tampoco era aliciente. Finalmente, la lucha contra el spam y el miedo a que el sitio fuese saboteado y utilizado para vaya usted a saber qué cosas, me animó a cerrarlo.

Pero el tiempo pasa, las ideas siguen bullendo y creo que ha llegado el momento de hacer algo con ese dominio. Había pesando, tal y como su nombre indica, hacer un sitio de consultas. La idea sería que todo aquel que quisiera, rellenado un sencillo formulario, solicitase una segunda opinión, asesoramiento u orientación en relación a cualquier problema psicológico. Para hacer esto, he pensado que lo mejor es utilizar un sistema de tickets, como el utilizado para la atención al cliente de millones de sitios de venta online o servicios. Los tickets permiten un seguimiento de las consultas, una identificación clara que quién las hace y un registro de la satisfacción de las respuestas.

El problema es que este tipo de servicios es caro. Implementarlo en la web, con dos o tres licencias (una por cada asesor o psicólog@ que se dedique a responder) sale por un pico mensual. Existen alternativas libres, como ostiket, por ejemplo, pero necesitan un trabajo extra de traducción y adaptación que lleva su tiempo. Además, en las pocas pruebas que he hecho hasta ahora he descubierto que configurar la lectura de correos entrantes es complicado (yo aún no lo he conseguido)

Las opciones de pago ofrecen un año de uso, con tres licencias, por relativamente poco dinero, pero después de ese tiempo, el coste del servicio se multiplica por mil (la cuota anual pasa a ser mensual y solo para una licencia) Igual lo mejor sería ir saltando cada año de la oferta anual de una empresa a la de otra (lo estoy pensando seriamente, no es broma) Ahora mismo (no sé cuánto tiempo durará) he instalado en éste mismo blog un plugins para recibir preguntas que incluso permite chatear en directo con el experto. Basta con picar sobre el botón que aparece en el lateral derecho, titulado “PREGUNTAS”, para ello. Seria un esbozo de lo que pretendo. El sistema permite captar preguntas incluso desde Facebook o Twitter.

Sea como sea, uno llega a la conclusión de que el servicio de consultas tiene que ser de pago. Ofrecerlo gratuitamente es imposible. Y llegados a esa cuestión, la del pago por consultoría, la ética obliga a ofrecer un servicio excelente. He conocido servicios que se llaman “de expertos” donde los profesionales dejaban mucho que desear. A pesar de que el cobro por pregunta era elevado (unos 20$ de media) las respuestas eran de la categoría de la Señorita Francis. Yo quiero huir de eso. Me gustaría ofrecer un servicio lo más profesional posible, por lo que, creo, es inevitable ofrecerlo de una forma cercana y sencilla. Que no aspire a tener muchas preguntas por minuto, sino a ofrecer el mayor porcentaje de soluciones.

Y en eso estoy ahora. Planteándome posibles opciones, herramientas, precios, forma de proceder, etc. Me di de plazo hasta el 01 de septiembre de 2013 para tener algo ya definitivo. Con éste texto os pido ayuda y consejo. Alguna idea que me ayude a clarificar el camino. Porque es evidente que, antes de aparecer en la red, la herramienta tiene que estar perfectamente ajustada. Afinada al máximo para la labor que se espera de ella. Y esa labor es la que ahora no está clara del todo. Cuando este primer paso se resuelva, cuando ya las máquinas estén listas, vendrá la segunda fase: la selección de esos expertos colaboradores. Pero eso ya será otro día.