Revista Salud y Bienestar
Para nuestro propio bienestar y el de lo demás, conviene adquirir y difundir la generosidad, como el hábito deseable de "dar y entender a otros".
Y es que no solamente nos ayudará a sentirnos bien, sino que además estaremos favoreciendo la reacción en cascada que produce el altruismo.
Existen trabajos científicos que corroboran que los grandes cambios se generan con pequeños gestos. Particularmente, hay estudios que ponen al descubierto que la generosidad se contagia y produce un efecto dominó que puede extenderse hasta tres niveles de personas o más.Además, es el origen de efectos beneficiosos impensados para la persona que inicia la cadena.
Por eso pensemos que cuando somos generosos no sólo ayudamos a quienes nos necesitan, sino que propiciamos alternativas para nuestro propio bienestar. Al respecto considero que no hay frase que se ajuste mejor a este tema que Hay más placer en dar que en recibir.
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