Revista Opinión

Contando estrellas

Publicado el 09 abril 2015 por Carmentxu

Qué difícil empezar con las primeras palabras después de un largo silencio. Porque aunque ha habido muchas antes, éstas son como las primeras, y qué sensación de vértigo mezclada con adrenalina al oír el teclado de nuevo (paradójicamente, me avisa de que las baterías están bajas, pero no me arredro). Es como un estreno de una obra inacabada en la que el actor deberá improvisar a partir del primer acto en un ejercicio de autocorrección constante para intentar poner orden. Se trata de organizar una fila india entre una masa de ideas tumultuosa y hambrienta de palabras que se agolpa famélica alrededor del escaso alimento que llega como ayuda humanitaria: inspiración, ego, vuelo de Fénix resucitado escaldado de sus cenizas, vuelta a casa tras una dura jornada de ensimismamiento. Dudo que la Semana Santa y su leyenda hayan tenido algo que ver con esta resurrección. Contando estrellas me dio el empujón definitivo.

En esto los Gobiernos que renacen el día después de sus campañas electorales lo tienen mejor. Lo primero siempre es dar las gracias (el PP vuelve aquí a sus orígenes cerrando el círculo ante una previsible debacle en mayo). Más tarde, pedir tranquilidad, empezar mintiendo para que nadie note la diferencia con lo que vendrá y asegurar que se va a gobernar para todos (algunos añaden también para todas) y, a partir de ahí, el caos, el olvido, la nada. Rajoy, en lugar de devorar a sus hijos como hace con todos y todas los que le son ajenos (es decir, todos y todas), prefiere dejar que se devoren entre ellos. Su problema de base, como el de sus elegidos, no es otro que el paladar. A Rajoy no le gusta España, nunca le gustó. Por eso la está dejando patas arriba. Fue lo malo por conocer, el elegido para gobernarla y lo que ha hecho ha sido intentar cargarse lo que fue. No está todo perdido: aún quedan plazas importantes por asaltar. Primero fue la Sanidad (fuego en la línea de flotación), luego las pensiones (a por los cimientos) , más tarde la educación (ataque contra el futuro) y luego el resto, a quienes ha desvalijado con impuestos, violado sus derechos sociales, el alma.

Siento si alguien creía, incluida yo misma, que iba a arrancar la temporada con una temática sublime, trascendental. No ha sido así: he hablado de Rajoy, que no pasará a la historia sino como el registrador de la propiedad que le domina.

Es primavera. Y la lluvia arrastrará la contaminación y el polen. Es cuestión de tiempo. Ya queda poco hasta mayo. Feliz día.


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