Nos lo han dicho en numerosas ocasiones, ante un catarro o resfriado, no se debe recetar un antibiótico pero parece que hay médicos que no se han enterado o no hacen caso. Hace unos días el doctor Rafael Bravo daba cuenta en Twitter de un ejemplo. Mostraba una receta en la que ante un «Cuadro catarral» alguien había recetado levofloxacina, un antibiótico de la familia de las fluoroquinolona, Bisolvon mucolítico y budenosida, ¡un corticoide!
Está claro que hay quienes recetan aún hoy así a la ligera, de manera innecesaria y poniendo en peligro a sus pacientes.
Ante un juicio diagnóstico como el de la foto el tratamiento es incorrecto pero es que además las quinolonas y fluoroquinolonas son antibióticos sintéticos utilizados para el tratamiento de un amplio espectro de infecciones que están desde hace años en el punto de mira de las autoridades sanitarias.
Tras años de polémicas, en diciembre de 2018, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) restringió aún más su uso.
Algunos porque son inútiles, otros porque sólo para infecciones muy fuertes y todos, los antibióticos, porque ofrecen graves riesgos. La Agencia llevó a cabo una revisión sobre las reacciones adversas poco frecuentes pero muy graves, incapacitantes, de duración prolongada y potencialmente irreversibles que afectan a los sistemas nervioso y musculoesquelético asociadas al uso de los antibióticos fluoroquinolonas.
Entre las reacciones adversas demostradas que afectan al sistema musculoesquelético se encuentran: tendinitis, rotura tendinosa, mialgia, debilidad muscular, artralgia y edema articular. Entre las que implican al sistema nervioso: neuropatía periférica, psicosis, ansiedad, insomnio, depresión, alucinaciones, pensamientos autolíticos, confusión, alteraciones de la audición o la visión, o de los sentidos del gusto y el olfato.
Y lo indicó bien claro, no prescribir antibióticos quinolónicos ni fluoroquinolónicos para el tratamiento de infecciones leves, como puede ser un catarro. «Vamos mal» comentaba Bravo. Y numerosos sanitarios comentaron que lo narrado es una mala práctica, al tiempo que ofrecían experiencias similares.
Y ¿qué podemos comentar sobre el Bisolvon? Pues que hace ya cuatro años que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) alertó sobre nuevos y graves efectos secundarios de fármacos usados para resfriados y gripes tan conocidos como el propio Bisolvon o Mucosan, ambos fabricados por el laboratorio Boheringer Ingelheim.
Se trata de medicamentos producidos a base de ambroxol y bromexina apreciados por sus efectos mucolíticos y para evitar la tos, muy usados en niños. ¿Y cuales son esos daños graves que pueden sufrirse por el consumo de esos productos? Pues reacciones cutáneas intensas tales como eritema multiforme, síndrome de Stevens-Johnson/necrólisis epidérmica tóxica y pustulosis exantematosa generalizada aguda.
Esas serían las reacciones adversas ya conocidas que se ha observado en estudios poblacionales. Pero además hay nuevos efectos secundarios:
Trastornos del sistema inmunológico como reacciones de hipersensibilidad o reacciones anafilácticas tales como choque anafiláctico, angioedema y prurito y también daños en la piel y el tejido subcutáneo como exantema y urticaria».
Para finalizar con el comentario crítico de esa particular receta, hay que saber que el aerosol nasal de budesonida no se debe usar para tratar síntomas (por ejemplo, estornudos, nariz congestionada, secreción nasal, comezón en la nariz) provocados por el resfriado común, que es para lo que se ha indicado el tratamiento que analizamos.
Así que ahí tenéis una joya de receta con el añadido del desconocido peligro que entrañan los cócteles de medicamentos. Dar tres fármacos peligrosos y con indicaciones muy cuestionadas es una ruleta rusa porque nadie ha hecho estudios que avalen su eficacia y seguridad cuando se toman a la vez (en general, los medicamentos se comprueban de uno en uno y no su mezcla).