¿Recordáis el caso de las prótesis mamarias de silicona que se rompían en el interior del cuerpo de quienes las portaban? Esos implantes para el pecho de las mujeres estaban hechos de gel industrial no apto para usos sanitarios (en concreto llevaban un aditivo para carburantes) y fueron retirados en 2010. Las prótesis estaban fabricadas por la empresa Poly Implant Prothese (PIP) y ahora la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ofrece nuevos datos pues las notificaciones de los daños provocados por estos productos continúan hasta hoy.
La cifra actual de notificaciones de incidentes con estas prótesis asciende a 1.930 y de acuerdo con la información remitida en las mismas, se han explantado, quitado, 1.451 prótesis, presentando rotura 1.255 de ellas. El número estimado de mujeres portadoras de prótesis PIP en España es de 18.500 y el número de prótesis implantadas de 37.000 prótesis.
Pese a la presunta nocividad de los componentes de estos implantes de pecho, la AEMPS dice que “no se ha detectado un incremento de la incidencia de cáncer con las prótesis PIP, lo que coincide con los datos existentes a escala internacional”.
Hasta aquí los datos de las autoridades. El drama humano sigue otro ritmo. Pese a que ha pasado bastante tiempo desde que surgió el escandalo, las mujeres afectadas todavía coninúan sin la atención adecuada y denuncian que los hospitales públicos no las atienden.
Las afectadas han asegurado que se está incumpliendo el acuerdo alcanzado en enero de 2012 por el Comité Técnico de Inspección de la AEMPS en el que se valoró la oportunidad de establecer unidades de referencia para atender a las mujeres con estas prótesis que no puedan acudir a las clínicas privadas en las que se las implantaron. Se sienten desamparadas y preocupadas pues en algunos casos su salud se deteriora.