Revista Opinión

Contra la islamofobia

Publicado el 18 noviembre 2015 por Cronicasbarbaras

A los imanes sunitas que ejercen en Europa, de este humilde cronista: 

Ustedes carecen de la autoridad del clero jerarquizado, como los imanes chiitas, pero tienen potestad moral ante los creyentes. 

Muchos no poseen una formación profunda y sólo conocen los rituales y fórmulas mecánicas que deben seguirse en las mezquitas o en lugares habilitados como tales. 

Algunos yihadistas se consideran imanes ellos mismos y se creen autorizados a matar infieles: musulmanes disidentes de ellos, judíos y “cruzados”, que son los occidentales.  

Los imanes formados y alabados por las autoridades de las democracias, como en España Riay Tatari, predican que el islam, creencia que significa sumisión absoluta a Alá, es una “religión de paz”.

Eso dicen, aunque algunos estén bajo sospecha por sus vidriosas relaciones y porque olvidan que actualmente hay medio centenar de guerras mayores o menores en todo el mundo propulsadas por quienes defienden opiniones contrapuestas del Corán y los hadizes. 

Esa violencia autóctona y las acciones yihadistas provocan islamofobia en occidente. Que crecerá aceleradamente si continúan. 

Fobia que multiplica la desconfianza de las sociedades modernas, donde consideran que la cultura y hábitos islámicos, de creencias inflexibles y de un machismo padre de todos los machismos, son opuestas a los derechos humanos y la igualdad de sexos, regidos por la evolución de la razón. 

Hay una posibilidad de reducir la islamofobia, señores imanes, al menos, la que provocan los creyentes que matan en nombre de Alá.

Anuncien que aprueban que a los yihadistas muertos se les entierre envueltos en grasa y vísceras de cerdos para que, aunque estén en el Paraíso con sus 72 huríes, sean arrebatados y enviados al infierno. 

Ese debería ser el destino de sus cuerpos, y no el rito islámico al que sometió Barack Hussein Obama, no se sabe por qué, al líder de Al-Qaeda, Osaba Bin-Laden, antes de tirarlo al mar. Lo envió con las huríes en lugar de envolverlo con productos porcinos para darle desgracia eterna, según sus creencias, lo que aterrorizaría a sus seguidores.

Señor Tatari: si la religión es pacifista, como dicen tantos imanes, adviertan a los yihadistas que sus crímenes los enviarán al eterno dolor infernal provocada por lo porcino. Díganles que su eternidad será la condenación. 

Quizás así dejen de asesinar y caerá la islamofobia que les molesta tanto.

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SALAS

Tira Salas 5282


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