![Contra la lectura de Mikita Brottman Contra la lectura de Mikita Brottman](https://m1.paperblog.com/i/622/6228635/lectura-mikita-brottman-L-mhZ6WL.jpeg)
A pesar de lo que pudiera parecer el título, este ensayo está destinado a los amantes de los libros y la buena lectura. Contra la lectura (Editorial BlakieBooks) es un libro intenso, sorprendente, revelador y necesario en estos tiempos que corren. Su autora, la erudita Mikita Brottman (Doctora en Literatura inglesa y psicoanalista) hace un análisis exhaustivo sobre las diferentes concepciones que han tenido los libros a lo largo de la historia y de lo que supone leer. No nos olvidemos, que en la antigüedad, los libros, a no ser que tuvieran una finalidad católica y moral, estaban mal vistos por que desviaban el carácter de uno hacia la contemplación (mala cosa). En cambio, hoy en día, se pueden observar diversas campañas prolectura que muestran la incesante preocupación excesiva por el descenso de la lectura tradicional (en papel) en pos del soporte electrónico (pantallas). En este punto, habría que hacer un pequeño inciso para realizar una observación puramente sociológica. En realidad los libros se siguen vendiendo y leyendo, lo que pasa que la población cambia al mismo ritmo que la sociedad. En la sociedad de la información, la nuestra, las pantallas de los diversos aparatos electrónicos son algo natural que la mayoría de la población hemos aceptado.
Otro de los puntos interesantes que recoge el libro es sobre cómo usamos la literatura: ¿leemos literatura como si fuera un espejo de nuestras vivencias o por el contrario, para evadirnos y vivir otras vidas diferentes? En mi caso, me gusta leer ficción para evadirme, para descubrir nuevas personalidades y aventuras.
Al leer este libro, su autora ha hecho que analice mis hábitos lectores así como mi relación con los libros. Así que os voy a contar mi historia. La única y genuina: Siempre viví en una casa donde había libros, muchos libros. Mi padres eran y son ávidos lectores, y mi padre para más inri, escribía y escribe. También se le puede considerar un erudito amante de las primeras ediciones, así que posee una biblioteca excepcional. Mis años escolares fueron muy anodinos en cuanto a la lectura, leía los libros de literatura juvenil que nos mandaban en el colegio y punto. En la preadolescencia, empecé a leer a Los Hollister y la serie del rey del misterio Alfred Hitchcock. Después, empecé a leer a mi querida Agatha Christie (la cual me sigue apasionando) y a Stephen King (siempre recordaré los vampiros de Salems Lot). Pero un día x, descubrí un libro de Charles Bukowski. Ahí fue el principio, el nacimiento de Airin Takanawa como lectora ávida de historias. Recuerdo empezar a leer y flipar en colorines al ver el lenguaje directo (y hasta soez) del Bukowski alcohólico y mujeriego. Fue toda una revelación. A partir de ahí fui iniciándome y buscando nuevos libros que leer con otra mirada, con el saber de que la literatura en en realidad, algo ilimitada en cuanto a estilos, historias y personajes.
Otro aspecto que trata Brottman, es el sentimiento de angustia consciente de que, el amante de los libros, nunca podrá leer todos los libros que quiere: "Hay algo que tiende a producir angustia en el hecho de estar rodeados de todos esos pensamientos y voces distintos que nos recuerdan que, por mucho que vivamos, nunca conseguiremos leer ni una ínfima parte de los libros que ya existen, por no hablar de los cientos de volúmenes que se publican cada día" Todos tenemos esa lista que crece y crece y parece que nunca mengua, ya que muchas veces, ya sea por la recomendación de un amigo o la lectura de otro libro, vas añadiendo más y más libros a esa lista de libros pendientes.
Una de las cosas que más me ha gustado del libro, es que la autora hace una encuesta a diversas personas sobre sus hábitos lectores. A continuación pondré las preguntas y responderé según mi experiencia:
1. ¿Qué libro estás leyendo ahora mismo? Ahora mismo estoy leyendo una novelita corta del género pulp de los años 50 llamada Viejos Amigos.
2. ¿Cómo decides el siguiente libro que vas a leer? ¿Hay pausa entre uno y otro? ¿Haces listas de lectura? Normalmente, suelo intercalar géneros literarios, es decir, después de una novela me leo un libro de desarrollo personal para después leer otro distinto, así no dejo a ninguno de lado y voy "avanzando" poco a poco. Nunca hago pausas entre libros, siempre tengo un libro en la mesita de noche. Y sí, tengo una lista bastante grande con los libros que me quiero leer.
3. ¿Siempre terminas los libros o los dejas a medias? Rara vez dejo un libro a medias, aunque sí que me ha pasado varias veces. Recuerdo libros que no me han gustado como: Faulkner y sus palmeras, En busca del tiempo perdido de Proust, Lolita de Nabokov (demasiado perturbador), Las olas de Virginia Woolf (imposible) y le tengo miedito al Ulises de Joyce...
4. ¿Relees alguna vez libros que te encantan? Todavía no pero lo haré. Hay clásicos que me han encantado que me gustaría volver a leerlos (El conde de Montecristo)
5. ¿Puedes leer en un sitio con mucho ruido como trenes o autobuses? Sí que puedo, pero no lo hago.
6. ¿Recuerdas algún libro que te haya hecho reír a carcajadas o llorar mucho? Recuerdo a Wilt de Tom Sharpe y muchos otros de Terry Pratchet o Douglas Adams. De llorar, me emocioné con Jane Eyre de Charlotte Bronte.
7. ¿Dónde compras los libros? ¿Cuánto gastas anualmente al año? Suelo comprarlos en librerías de segunda mano o de primera. Otros me los dejan o los compro en formato ebook, aunque estos últimos son pocos. Respecto al dinero, nunca he llevado la cuenta pero me parece interesante llevarla de cara al año que viene. Me atrevería a decir que unos 100 euros aproximadamente.
8. ¿Usas marcapáginas o doblas las esquinas?¿Tomas notas en los márgenes? Suelo usar un mismo marcapáginas bonitísimo inspirado en Rennie Mackintosh. A veces doblo las páginas para saber dónde hay una cita importante (para luego pasarla a Reflejos de Laberinto), y no anoto nada en los márgenes, lo único que puedo hacer es un punto a lápiz a la altura del texto que deseo copiar.
Como pequeño inciso, una manía que comparto con la autora, es la incapacidad de dejar un capítulo a la mitad, siempre lo dejo al inicio del siguiente. Por eso me gusta que los libros tengan varios capítulos regulares.
9. ¿A qué velocidad lees? Dada mi experiencia leyendo, leo rápido, aunque eso también depende de lo que esté leyendo. Es decir, si es una historia que me encanta, voy más despacio, si hay algún párrafo que no me entusiasma, pues leo por encima. Debo decir que hay pocos libros que me hayan enganchado hasta tal punto de leermelos en una sentada. Pero haberos haylos, y me ha pasado con Muriel Spark y con Jorge Ordaz y su último libro, Memorias de un magnetizador, disponible en la web de la editorial asturiana Pez de Plata.
10. ¿Cuándo y dónde lees mejor? Pues últimamente leo siempre en la cama, después de comer, o antes de dormir.
11. ¿Has hablado de libros que en realidad no has leído? La verdad es que no, en este aspecto, no me da verguenza admitir que no he leído ciertos libros.
12. ¿Te acuerdas de todos los libros que lees? ¡Qué va! ¡Ojalá! Con esto tengo un poco de trauma, porque he leído muchos libros de los cuales casi ni me acuerdo (Madame Bovary y Hamlet son un ejemplo pero hay muuuchos más)
Y aquí acaba el cuestionario. Contra la lectura es un libro que no te dejará indiferente ya que habla de la literatura y de libros sin tapujos, con total sinceridad. Además, hace unos análisis muy interesantes (donde mezcla referencias del psicoanálisis y sociológicas), nos recomienda blogs de literatura (Lit Hub, Signature, Book Riot o The Millions) y encima descubres libros para añadir a tu ya gran lista de libros pendientes (en mi caso he añadido Trampa-22 de Joseph Heller y La abadía de Northanger de Jane Austin). A mí me ha gustado mucho.
Podéis comprar el libro en el siguiente enlace:Contra la lectura: Un ensayo dedicado a los lectores que no creen que los libros sean intocables
No leáis libros sólo porque sintáis que “debéis hacerlo”. Hacedlo solo porque no podéis evitarlo.
La lectura, en sí misma, no es necesariamente una actividad virtuosa; qué se lee y cómo se lee marcan la diferencia.
La importancia de la lectura (por no hablar de la escritura) está muy sobrevalorada, y a lo que en realidad deberíamos prestar atención, en un mercado abarrotado de libros, no es a la muerte de la lectura, sino a la muerte del criterio. Es relativamente fácil adquirir el hábito de la lectura; es mucho más difícil llegar a ser un lector exigente y con criterio.