Hace un par de días, la UE y el Consejo de Europa pidieron a Rusia la abolición de la pena de muerte. Ambos organismos, en un comunicado conjunto, han coincidido en reiterar su oposición absoluta a la pena de muerte "en cualquier caso", así como su voluntad de persistir en la lucha por la erradicación en todo el mundo.
El jueves pasado se constituyó en Madrid la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, encabezada por el ex director general de la UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura), Federico Mayor Zaragoza, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, y el ex primer ministro italiano, Giuliano Amato.
Según la organización de Derechos Humanos Amnistía Internacional, la pena de muerte se aplica en 58 países, entre ellos Irán, que mantiene la lapidación de las mujeres infieles, o China, donde se calcula que son ejecutadas miles de personas cada año. Según esta misma organización, en 2009 Arabia Saudí ejecutó a 102 personas y Pakistán a 36. En todos estos casos, las cifras son estimaciones mínimas. En Estados Unidos, donde la información sí es pública, se llevaron a cabo 37 ejecuciones en nueve estados.
Por contra, más de la mitad de los países del mundo han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica. Según la última información de que dispone Amnistía Internacional:
- 90 países y territorios han abolido la pena de muerte para todos los delitos;
- 11 países han abolido la pena de muerte para todos los delitos, excepto los excepcionales, como son los cometidos en tiempo de guerra;
- 32 países pueden considerarse como abolicionistas de hecho: mantienen en su legislación la pena de muerte pero no han llevado a cabo ninguna ejecución en los últimos 10 años o más y se considera que tienen como norma de actuación o práctica establecida no llevar a efecto ninguna ejecución.
- Esto supone que un total de 133 países han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica.
64 países y territorios retienen y aplican la pena de muerte, pero el número de países que realmente ejecutan a presos en un año determinado es mucho menor.
Entre los métodos de ejecución utilizados para llevar a cabo las condenas figuran el ahorcamiento, el arma de fuego, la decapitación, la lapidación, la electrocución y la inyección letal.
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