En el norte de España, principalmente en León y Asturias, se aglutina el grueso de mineros de la nación. Además el siglo pasado, incluso desde el XIX, éstos han sido los anarquistas más férreos, ya que como dicen la mina es dura, cosa que es cierto, y endurece más si cabe a estos hombres.
Ahora bien, como he dicho, los mineros han sido clásicamente anarquistas, de la CNT-FAI y más que defender el Estado y vivir de él, han intentando destruirlo, que eso mismo significa anarquismo. Otra cosa es que luego sean anarquistas de izquierda y sus ideas deriven en otro tipos de Estados.
Por tanto, lo que estamos viviendo estos días y que tiene sus inicios en el origen de nuestro actual sistema democrático y constitucional, donde los mineros debido a sus malas condiciones inherentes al tipo de trabajo, se jubilan a muy temprana edad y con una alta remuneración. Pues bien, esta subvención, forzosa, como toda, ha hecho que esos mineros que algunos podrían recordar de una forma más romántica se haya convertido en parásitos de la sociedad y lejos de atacar violentamente al Estado, defienden con esa violencia los privilegios que proceden de él.
Creo que si los que os precedieron levantaran la cabeza, os rompían la vuestra a picotazos. Es una vergüenza cualquier manifestación de violencia, pero además éstas manchan el legado de los que les precedieron.