Llevo mucho sin actualizar el blog, principalmente por falta de tiempo, ya que a decir verdad no es fácil actualizar el blog casi semanalmente durante casi siete años ( la situación personal cambia, las obligaciones,etc.). En cualquier caso aquí estoy, para escribir una breve reseña de algo que vi hace unos días cerca de donde me encuentro colaborando en Israel. Dejo para otra ocasión un escrito algo más grande del espacio natural en concreto para centrarme hoy en el aspecto que lo hace más famoso.
Alexander Stream es un curso de agua de la zona central de Israel que desemboca entre Netanya y Hadera. Este río es usado por una espectacular especie de quelonio de agua dulce, la tortuga de caparazón blando del Nilo (Trionyx triunguis), que encuentra en algunos tramos de orilla libres de vegetación un lugar ideal para depositar los huevos.
Me contaban los compañeros de Israel que se presupone que esta tortuga fue llegando ella sóla nadando por el Mediterráneo a distintos cursos de agua cercanos a la costa, de manera que ha llegado también a Líbano y hasta Turquía. Tengo entendido que no llega a masas de agua interiores, suelen quedarse en tramos de río a pocos kilómetros de la desembocadura, por lo que se considera una especie de aguas salobres. Me contaron también que hace unas décadas la introdujeron en el río Jordán pero que fue un problema y podría considerarse invasora en dicho río, que no es su hábitat natural.
En fin, este lugar está protegido principalmente por esta especie, de hecho el logo de la reserva es el reptil y la zona de visita principal se llama Turtle Park. Algo más cerca de la costa se hacen tareas de hatchery (técnica muy usada en tortugas sobre todo marinas que consiste en coger huevos de nidos para ubicarlos en una zona controlada donde podrán tener más probabilidad de prosperar e ir al medio natural). En esta azona acotada, sin riesgos de predación y destrucción total de las puestas, y con eliminación de la vegetación para que haya orillas desnudas, encuentra esta especie una pequeña ayuda, ya que entre destrucción de hábitat, contaminación de agua y especies invasoras cada vez tiene más problemas.
Lo más llamativo sin duda es el choque para el naturalista y conservacionista que produce visitar este lugar. Turtle Park es una zona con césped, merendero y algarabía en la que se concentran más de 25 de estas tortugas de considerable tamaño, siendo el sitio ideal para su disfrute, ¿pero por qué este sitio?
Aquí radica la gracia del asunto. La gente echa de comer a las tortugas, así que estas se han acostumbrado y acuden en masa, mordiéndose y pisoteándose por obtener pan, snacks, desechos de comida, pollo y un sinfín de cosas que niños y mayores echan. No creo que esa sea la manera de conservar una especie protegida, choca mucho, pero así son las cosas por aquí.
Y esto no es todo, el río está lleno de especies exóticas invasoras, tanto peludas como el coipú, escamosas como el pez gato asiático (alcanzan un tamaño considerable), y aladas, como el miná común, la tórtola turca y alguna más que me dejaré por el camino. Algunas de estas especies, y alguna otra como el gorrión y la corneja cenicienta, aprovechan la oportunidad y encuentran también su aporte de comida fácil, algo que a algunas especies invasoras de las que he dicho es justo lo que les falta para tener su empujoncito y prosperar desmesuradamente. Por cierto, estando solo 5 minutos podrás ver peleas de coipús con tortugas y viceversa, haciéndose heridas con sangre.
Lo dicho, un lugar peculiar en el que puedes ver a un reptil espectacular, ver fácilmente algunas especies que no tenemos en España (principalmente recomendado para ver martines pescadores) y donde puedes ver lo desvergonzados que son los coipús, que hacen las delicias del público a plena luz del día.