La creación de empleos va aumentando, y a la vez va cambiando. Casi 600.000 trabajadores están inscritos en el servicio público de empleo tras haber sido contratados por empresas de trabajo temporal. Estos datos suponen un incremento del 25,4% respecto a 2015. Y desde que se aprobara la reforma laboral, el aumento de contrataciones por parte de ETT ha llegado al 51%.
Del total de contratos celebrados en 2016, casi 3,1 millones fueron a través de este tipo de empresas.
El contrato de puesta a disposición es el celebrado entre la ETT y la empresa usuaria, y tiene por objeto la cesión del trabajador para prestar servicios en la empresa usuaria. Estos contratos van desde temporales, en prácticas, a de formación.
Después de que estallara la crisis, la contratación a través de servicios públicos de empleo sufrió un un descenso notable, ya que la mayor parte de los puestos de trabajo que se perdieron fueron de baja cualificación, donde se concentra el trabajo de las ETTs.
A partir de 2012, la situación ha ido recuperándose gracias a la reforma laboral. Las empresas de trabajo temporal trabajan tanto en el sector privado como en las AA.PP. Las leyes de hoy en día protegen a los trabajadores contratados para ser transferidos a otras empresas. Por ejemplo, tienen derecho a que se les apliquen las condiciones de trabajo que les pertenecerían de haber sido contratados directamente por la empresa usuaria.
No obstante, los sindicatos denuncian a las empresas multiservicios de no aplicar las condiciones laborales de las empresas usuarias. Estas empresas argumentan que se dedican a muchas actividades y así evitan utilizar los convenios sectoriales correspondientes a cada actividad.
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