Revista Cultura y Ocio

Contrebia Belaisca (continuación)

Por Legionixhispana

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Sekaisa era uno de los oppidum celtíberos más importantes en el territorio de los Belos que, como muchos otros asentamientos de carácter mayor, se habían adherido al pacto de Graco. Esta ciudad ha sido considerada como uno de los centros urbanos más antiguos de la zona, vinculada a la producción de hierro y, tal vez, de la plata. Acuñó moneda en esta primera mitad del siglo II a.C., lo que la convertiría en la ciudad indígena de mayor categoría.

Como comentábamos, al igual que sucediera con su vecina Contrebia Belaisca con la que seguía manteniendo contactos comerciales, fueron los encargados de acoger a la población de asentamientos próximos tras la agrupación del pretor de la Citerior. Comprendería las ciudades menores del territorio que controlaban junto a los Titos, otro pueblo vecino que fue obligado a convivir con ellos.

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Restos de Contrebia Belaisca. Cabezo de las Minas. Botorrita, Zaragoza.

Derivado de este aumento considerable en la densidad de su población, como así fue expuesto ante el Senado romano, la élite de Sekaisa se vio obligada a ampliar el radio de sus murallas para dar cabida al traslado de toda esta gente. Dicha decisión trajo consigo la prohibición tajante de Roma para construir una nueva muralla, pues contravenía uno de los puntos acordados en el pacto de Graco: la prohibición taxativa de fortificar ciudades. La cuestión fue considerada como una infracción en los acuerdos pactados, por no mencionar la seria amenaza de los intereses romanos en Hispania que ello implicaba.

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Kalathos con decoración pintada. Periodo íbero (200 – 100 a.C.). Museo de Zaragoza.

Además, se les reclamó el tributo impuesto por el pretor, que, se sobreentiende, estaría pendiente, y les ordenaba a luchar junto a su lado según lo acordado. En respuesta a las exigencias romanas, los antiguos pobladores de Segeda alegaron que Sempronio Graco prohibía construir nuevas ciudades, pero no fortificar las antiguas. Según los representantes de Sekaisa, en tanto a los tributos como al apoyo militar, el propio pretor los había eximido de su carga.

Lo que nunca admitirían los romanos, pero, en cambio, sí quiso recoger Polibio, fue que, tal vez, el origen de este nuevo conflicto no se debiera tanto a la ampliación de las murallas, como sí al comportamiento de los gobernantes romanos, sucesores de Graco, que habían convertido la administración romana en una cuestión insoportable para la población indígena celtíbera.

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Monedas de Sekeida (Segeda, El Poyo, Mara, Zaragoza) anverso con cabeza masculina y detrás leona; reverso de jinete portando una insignia con ave (águila) Museo de Zaragoza.

Lo cierto es que esta situación acabaría dando pie a la Segunda Guerra Celtíbera. Sekaisa era importante y rica, pero, sobre todo, se sentía fuerte. Por ello, decidió buscar apoyo y crear nuevas coaliciones fuera del territorio de los Belos, tal y como hicieran antaño, encontrando refugio en los arévacos. Así fue como Numancia, la ciudad más importante de este pueblo también celtíbero, entró de lleno en el conflicto contra los romanos en el año 153 a.C. Sekaisa para los Belos, los reagrupados Titos y Numancia entre los arévacos conformarían una nueva coalición con aquellos pueblos más significativos en su hostilidad o recelo hacia Roma.

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Estancia lateral del gran edificio de adobe. Contrebia Belaisca. Cabezo de las Minas. Botorrita, Zaragoza.

Segeda, capital de los Belos, la ciudad más rica que acuñaba monedas desde la primera mitad del siglo II a.C., acabará siendo destruida por Nobilior.

¿Qué podemos deducir de todo este suceso que acontece al otro lado de la frontera de Contrebia Belaisca?

En primer lugar, siendo vecina del asentamiento de Segeda y de cultura también Bela, parece claro que Contrebia Belaisca miraba para otro lado. Los de Sekaisa nunca recurren a ella y si lo hacen, son desoídos. En cambio, sí buscan a los órganos superiores de los arévacos. Tal vez Contrebia, aun siendo de carácter mayor, puede incluso que temerosa su población, cumpliera a rajatabla las imposiciones romanas en esos momentos.

Recipiente de cerámica celtíbera con decoración pintada que representan prótomos de caballo. Inicios del siglo I a.C. Contrebia Belaisca, Museo de Zaragoza.

Por otro lado, habiéndole reclamado el Senado romano a esta ciudad el apoyo militar y el pago de tributos pendientes, debemos de entender que Contrebia Belaisca sí cumpliría con lo pactado en los acuerdos de Graco, pues represalia hacia ella no hubo.

Pero con la marcha de la población de Sekaisa a la ciudad de Numancia y la destrucción de la primera por parte de Nobilior, sin pretenderlo, la arqueología se ha encargado de presentarnos un dato, cuanto menos que llamativo, para poner en orden toda esta historia. Contrebia empezará a acuñar moneda desde la segunda mitad del siglo II a.C. (recordemos que la contienda contra los numantinos es en el 153 a.C.) con Sekaisa destruida. En su moneda aparece la leyenda, por primera vez, de Contrebia Belaisca, la unión de los Belos, una expresión puramente romanizada. Contrebia pasará entonces a convertirse en la ciudad Bela más importante del territorio.

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Depóstio monetario con denarios ibéricos. La Codera (Alagón, Zaragoza), hacia el 80-70 a.C. Se compone de denarios (moneda de plata) indígenas de las cecas de Arsaos, Turiasu, Baskunes y Aregorata. Fue enterrado durante los conflictos de las guerras sertorianas. Museo de Zaragoza.

Situada a unos veinte kilómetros de la actual Zaragoza, Contrebia Belaisca atestigua claros signos de ocupación en torno al siglo V a.C. y el final del siglo IV a.C., momento este último en el que se atribuye la construcción de la muralla exterior de la acrópolis y su carácter urbano, manteniéndose estable hasta mediados del siglo I a.C.

El lugar elegido para asentar sus raíces era inmejorable. Independientemente al factor climatológico, quedaba situada sobre un cerro comprendido entre dos valles, el de Huerva y el Barranco Vicario. Aparte de esta excepcional defensa natural, desde su cima se contaba con un completo control de los territorios circundantes, desde la vega próxima hasta las estribaciones vecinas y, por supuesto, el paso del río.

Restos del edificio de adobe de Contrebia Belaisca sobre el cerro Cabezo de las Minas. Vistas dependientes del antiguo territorio celtíbero. Botorrita, Zaragoza.

Respecto a esta buena ubicación, comentar además que se levantaba en un inmejorable punto respecto a las importantes vías de comunicación. Tal vez este fuera el condicionante de su intensa influencia íbera al principio (desde los asentamientos del sudeste, hasta la costa levantina), como, posteriormente, al abrazo de la cultura romana que se acabó imponiendo.

Mucha de la culpa de este esplendor vivido entre los siglos II y primera mitad del I a.C. (entre el 133 y el 49 a.C., momentos de la acuñación de sus monedas y de los cuatro bronces que a continuación trataremos) fuera el gran desarrollo logrado con su actividad económica principal: la industria de tenerías. Repartidas tanto en la cima del cerro, como por sus laderas, se acondicionaron instalaciones para la elaboración de pieles; unos productos con los que mantendrán relaciones comerciales con los núcleos habitacionales próximos: Nertobriga, Bilbilis antes del desplazamiento de su población o la vecina Sekaisa.

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Restos de las tenerías en la superficie de la cima del cerro Cabezo de las Minas, junto al edificio de adobe. Votorrita, Zaragoza.

A finales del siglo II a.C. se produce un proceso de reurbanización en el asentamiento, tanto sobre su espacio público, como privado. En la cota más alta del enclave se levantará un singular edificio, construido en adobe, que reflejaría el alto grado de aculturación romana alcanzado por la ciudad.

Este edificio, de carácter público y monumental, comprendía cinco estancias construidas en adobe y cimentadas mediante zócalos de mampostería, elevadas a dos alturas y a las que se subía a la segunda planta, muy probablemente, mediante escaleras de madera que no han sobrevivido. A cada una de estas cinco habitaciones se accedía a través de una puerta independiente, no estando comunicadas entre sí, y éstas quedaron precedidas por un pórtico levantado con cuatro o cinco columnas.

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Columnas del pótico con acceso a las distintas estancias del edificio de adobe actualmente sujetas con vigas y andamios. Botorrita, Zaragoza.

Varios son los errores atribuidos a la función y autoría de este gran edificio de adobe. En un primer momento se creyó que su finalidad podría ser de carácter político-religioso; también que fuera un posible tabularium o erario público. Por el tipo de material encontrado en su interior se podría concluir que estamos ante un macellum, mercado de alcance regional y relacionado con la actividad de tenerías, un horreum público o ambos inclusive.

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Restos de las columnas que precedían a las estancias del edificio. Botorrita, Zaragoza.

Sobre su autoría, no parece que se debiera a una iniciativa indígena. Es más, esta cultura no levantaba este tipo de construcciones monumentales y de carácter público por decisión propia. Más bien parece como si la idea surgiese a partir de una iniciativa romana, pero con mano de obra y materiales para su construcción autóctonos.

En el mismo periodo en el que se construye el gran edificio monumental, la parte más baja de la ciudad será ocupada por un barrio residencial con viviendas romanas de clara influencia helenística de la época. Esta es la prueba más evidente de la temprana y profunda romanización de Contrebia Belaisca. Serán las comunidades latinas antes referidas, conocidas comúnmente como oppida Latinorum veterum u oppida veteris latii, establecidas en el valle del Ebro, caso de Gracurris, las encargadas de transferir e imponer el proceso de romanización cultural y político de las comunidades peregrinas proclives a una rápida asimilación. Bajo este modelo Roma también lograba un control territorial, voluntario y pacífico, del territorio hispano.

Y a comienzos del siglo I a.C., más concretamente el 15 de mayo del año 87 a.C., se constata un hecho por el cual podemos concluir que Contrebia Belaisca está plenamente integrada en la cultura romana. Nos referimos al litigio celebrado en la ciudad entre dos comunidades indíenas, Alovonenses (ciudad vascona del Alaun, actual Alagón) y Saluienses (ciudad íbera de Salduie, actual Zaragoza) ante cinco notables o magistrados de Contrebia y presidido por el procónsul romano de la Hispania Citerior en esos momentos, Cayo Valerio Flacco.

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Bronce II de Botorrita. Escrito en latín, recoge el pleito celebrado entre los habitantes de Salduie y los de Alaun, motivado por la canalización de aguas que quisieron realizar los primeros en perjuicio de los segundos. Museo de Zaragoza.

En resumen, se juzgaba ante el pueblo de Contrebia y el pueblo romano si los de Salduie, situados en la desembocadura del río Salón (Jalón) en el Ebro, podían realizar una conducción de aguas tomadas de este río, y por terrenos adquiridos a los Sosinestanos, para llevarla a su ciudad. En este sentido, los de Alaun (situados en el otro extremo del Salón) se consideraban perjudicados por llevarse el agua del Jalón, a sabiendas que los de Salduie ya habían iniciado el marcado de los terrenos, mediante estacas, por donde discurriría el canal.

Sin entrar en los pormenores de este pleito, comentaremos brevemente los intereses de cada una de las partes: para ambas comunidades estas aguas eran fundamentales en épocas de estío y sequía; también se dirimía si los terrenos adquiridos a los sosinestanos eran privados o, por el contrario, se trataban de tierras públicas, es decir, el derecho o no a vender esas tierras. Ya anticipamos que, para desgracia de los Alovonenses, Salduie de los sedetanos era el punto fronterizo entre vascones, íberos y celtíberos, por lo que Roma prestaba gran interés a esta comarca. De hecho, la ciudad de Salduie, antes de su fundación augustea como Cesaraugusta, se irá posicionando y definiendo como una ciudad de sentimiento prorromano en este último siglo del periodo republicano. Por su parte, Contrebia, a orillas del Huerva como Salduie, quedaba complacido como la ciudad sedetana recibía caudales adicionales del Salón sin necesidad de explotar, aún más, uno de los ríos de los que ellos dependían. Con esto está todo dicho en relación al veredicto.

BRONCE I

Bronce I de Botorrita. Texto a dos caras en lengua céltica. Museo de Zaragoza.

Aunque Alaun aceptó como juez neutral a los notables de Contrebia, finalmente se falló a favor de los saluienses que pudieron construir la canalización previa indemnización por los suelos de propiedad privada adquiridos. Tal veredicto fue escrito en latín sobre una tabla de bronce y colgado en un lugar público a la vista de todos, en el gran edificio de adobe y a semejanza de Roma.

Lo que quisiéramos destacar de este juicio, perpetuado su resolución en una tabla de bronce (hubo tres más, pero en lengua celtíbera), es el papel protagonizado por Contrebia Belaisca y la elección tomada por el gobernador romano para que esta dirimiese el conflicto surgido en su conventus iuridicus como su tribunal.

Lo que debemos tener bien presente es que la redacción en bronce, en este periodo, fue de uso exclusivo en Roma para exhibir solemnemente y de manera permanente las decisiones emanadas por sus instituciones ciudadanas; no en todos los juicios y no en todas las ciudades se resolvía de esta forma un conflicto de intereses y se mostraba públicamente su veredicto en tabulas de bronce. Estas tabulae habrían sido una característica de ciudades privilegiadas y su elaboración serían siempre excepcional y bastante selectivo. Por ello pienso que los bronces de Contrebia pudieran haber sido el efecto de esa influencia emanadas de las colonias latinas establecidas en el valle del Ebro y que supieron intervenir sobre el funcionamiento institucional.

BRONCE III

Bronce III de Botorrita. Texto escrito en la antigua lengua céltica y pudiera tratarse de una escritura de carácter religiosa, de un documento alusivo al reparto de tierras entre los nativos de Contrebia Belaisca o, incluso, sobre el acceso al agua para nuevos regadíos. El caso es que se desconoce su objeto, pero lo que llama la atención es la aparición de nombres masculinos, femeninos y extranjeros de cultura ibérica. Museo de Zaragoza.

En esta línea, Contrebia Belaisca apuntaría a su más que probable estado colonial en periodo cesariano o, a muy tardar, a inicios del principado de Augusto. Para cuando se produjera la municipalización Flavia en la segunda mitad del siglo I d.C., ya llevaría tiempo su progresión. Pero algo se torció por el camino.

Pareciera como si este asentamiento celtíbero estuviese predestinado a no sobrevivir.  Tal vez el motivo sólo fuese su apoyo incondicional demostrado hacia la facción senatorial romana a lo largo de los siguientes años, pero la cuestión es que la ciudad iniciará su declive, muy probablemente, como consecuencia del duro castigo infligido por las tropas sertorianas que en el año 77 a.C., tal y como se refiere Livio, tras haber sido sometida a un asedio de 44 días. Las importantes ciudades de Bilbilis y Contrebia fueron tomadas por Sertorio (tenemos también el caso de Kelse en el valle del Ebro que tampoco apoyó sus revueltas), lo que le permitió dominar la Hispania Citerior. En respuesta, el senado romano impondrá medidas extraordinarias y enviará a la península una expedición militar comandada por Cneo Pompeyo Magno.

En este conflicto sí cobra sentido el hallazgo del esqueleto de un niño de ocho años con el cráneo aplastado junto a proyectiles de catapulta (no en el de Graco y las primeras guerras celtíberas como muchos quieren ver). Además, el núcleo poblacional y su edificio monumental se verán terriblemente afectados por dichas campañas, cuyas huellas de destrucción han quedado patentes. Las guerras sertorianas fueron un motivo de destrucción para muchos asentamientos prerromanos, donde unas ciudades se unieron al bando rebelde y otros al dictado por Roma, tal y como veremos con la Colonia Lépida-Celsa.

Contrebia Belaisca (continuación)

Estructuras del edificio y restos de muralla. Botorrita, Zaragoza.

Iniciada su decadencia, Contrebia padecerá nuevas destrucciones e incendios. La siguiente se producirá en el año 49 a.C. tras de la victoria de Julio César sobre los pompeyanos en la batalla de Ilerda. En esta ocasión, las legiones de César le prendieron fuego y la dejaron arder durante días como castigo por su militancia a favor de Pompeyo. Otra vez Contrebia en el bando equivocado, manteniendo su apoyo a la facción senatorial en las Guerras Civiles.

A partir de esta última fecha, la acrópolis será completamente abandonada. Ya en los momentos finales de la República o inicios del principado de Augusto, su inmejorable ubicación será aprovechada como privilegiada posición estratégica, convirtiéndose en un enclave estrictamente militar en el que se construirá una torre de observación y tres murallas. El viejo asentamiento celtíbero quedará bajo influencia de Caesaraugusta desde el preciso momento de su fundación.

Pero ahí no finaliza el fatal destino de Contrebia. Con posterioridad, durante el reinado de Nerón o inicios de época Flavia (nos estaríamos remontando al conocido como Año de los Cuatro Emperadores), se produjeron las destrucciones de estas instalaciones militares, las cuales quedaron completamente arrasadas. Se desconoce su motivo, tal vez algo tuviera que ver la conjura de Servio Sulpicio Galba, gobernador en esas fechas de la Tarraconensis, y su intención de destronar a Nerón en el gobierno de Roma. Por el contrario, sí se tiene conocimiento del agradecimiento demostrado por Galba sobre las comunidades hispanas que apoyaron su ascenso y las represalias sufridas por aquellas otras que no lo hicieron. Aunque también es verdad que las evidencias encontradas para este periodo son mínimas.

Contrebia Belaisca (continuación)

Yacimiento arqueológico de Contrebia Belaisca. Cabezo de las Minas, Botorrita. Zaragoza.

Hoy el viejo edificio monumental,  levantado en adobe sobre el punto más elevado de Cabezo de las Minas, se encuentra sostenido por vigas de madera y en un estado crítico de conservación. El azote de los vientos y la inclemencia de las lluvias, así como al desinterés demostrado por los poderes públicos competentes, hacen de su existencia una dramática situación.

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Enlaces externos de interés:

  • Tabula Contrebiensis Botorrita II. Presenta el texto latino transcrito y su correspondiente traducción.

Bibliografía:

  • Fronteras y agregaciones políticas en Celtiberia: datos para un debate (Eduardo Sánchez Moreno, Alberto Pérez Rubio y Enrique García Riaza)
  • El pleito más antiguo de España (Guillermo Fatás Cabeza)
  • Tabula Contrebiensis (Inmaculada Cifuentes Vaquerizo)
  • Reconstitución del edificio monumental de Contrebia Belaisca (Manuel Medrano Marqués, María Antonia Díaz Sanz y Jesús Tramullas Saz)
  • Sobre el territorio de los lusones, belos y titos en el siglo II a.C. (Francisco Murillo Mozota)
  • Consideraciones sobre el papel de los oppida veteris latii como focos de ignicción de la romanización cultural y política de las comunidades hispanas en época republicana (David Espinosa Espinosa)
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