La risa, esa incontenible sensación que nos recorre desde el vientre hasta desembocar irresistible en la expresión de la carcajada más contagiosa, abriendo las comisuras, frunciendo los ojos, haciéndonos cosquillas desde adentro. Esa bocanada de alegría que nos impulsa a retorcernos de gracia ante alguna ironía o un golpe de sorpresa.
¿Cómo afecta a las organizaciones esta reacción psicológica profundamente humana?
En principio quiero mencionar algunos beneficios a nivel individual inmediato para después hacer algunas observaciones a nivel organizacional.
Cuando somos poseídos por ese impulso incontrolable de reírnos nuestro sistema nervioso se enciendo como resultado de la acción de un conjunto de neurotransmisores que inundan de placer el cerebro. Reír fortalece y estimula los estados de ánimos positivos. La risa regula y modula los niveles de serotonina, dopamina, endorfinas y oxitocina entre otros, lo que hace que la experiencia de reír plenamente nos aporte relajación, ternura, confianza, motivación, placer, felicidad.
Debido a la estimulación de estas hormonas se favorece la memoria, la creatividad, y la resolución de conflictos ya que la relajación que aporta la risa en el sistema humano permite que accedamos a estados diferentes de conciencia que propicia que podamos ver los problemas de otra forma.
Por otro lado, al sentirnos mejor y más relajados, como estímulo de la dopamina, las hormonas del estrés, las catecolaminas (adrenalina, noradrenalina, cortisol), se reducen notablemente permitiendo que nuestro sistema inmunológico se reactive. Como consecuencia mejora nuestra salud. Ni hablar del ejercicio de por sí aeróbico que realizamos al reírnos, que oxigena nuestro corazón y cerebro generando mayor claridad mental y mayor bienestar físico.
Muy bien, volvamos a la empresa. Una organización que se ríe y tiene el humor como parte integrante de sus equipos de trabajo, tiene menos ausentismos por mala salud física o estrés, mayor nivel de compromiso y trabajo en equipo (recuerde que la oxitocina es la hormona del apego). En una empresa que tiene un alto clima emocional como consecuencia de generar un espíritu de humor, hay menos conflictos (la dopamina relaja) y si surgen, mayor voluntad de resolverlos de manera ganar – ganar (la serotonina es la hormona de la felicidad).
Cuando somos presa de un clima organizacional agradable entramos con mayor facilidad en estado de fluir, esa sensación psicológica en la cual el tiempo pasa rápidamente y aportamos nuestro mayor potencial y creatividad.
Por último, recordemos que la risa es contagiosa, y si es contagiosa se propaga. ¿Qué sucedería si lográramos una epidemia de risa?
Los beneficios son múltiples y variados, cada vez que nos reímos reafirmamos nuestra humanidad y por sobre todo somos más felices.
Al ser personas de risa fácil y sonrisa alegre generamos más y mejores relaciones, contribuimos a un clima laboral ligero y estimulante, donde da ganas de trabajar, colaborar y crecer.