Puesta a contar anécdotas de lecciones aprendidas en la facultad… una de las optativas, marcó un antes y un después… ya ves, una optativa.
Control de eficiencia de las administraciones públicas.
Me tacharán de exagerada, o incluso de paranoica, como ya ha ocurrido casi todas las ocasiones en que he contado esto a alguien.
En fin, cada uno que juzgue.
En Control de Eficiencia de las Administraciones Públicas, estudiábamos ejemplos concretos, reales, de casos típicos en los que las AAPP dejan morir a gente a sabiendas de que habrá un porcentaje destinado a tal fin, en conveniencia de su “valoración” sobre si vale o no la pena salvar estas vidas.
Recuerdo especialmente un par de ejercicios:
• El de los puntos negros de las carreteras.
Se sabía que en determinado tramo de una carretera había una media de 250 fallecidos anualmente. Del mismo modo, sabemos que eso significa un 15% de los vehículos que circulan por tal tramo, suponiendo una ocupación media de 2 personas por vehículo. Bien, ya que, que las 250 muertes supongan un 15% de la densidad de circulación implica que la media de personas que transitan esta carretera es de 3.750 al año. Esto son aproximadamente 1.875 vehículos al año.
-> Conclusión: la carretera no está lo suficientemente transitada como para justificar el coste de su reparación.
• El de los pacientes y los tratamientos.
Se conoce que el coste del tratamiento para un paciente con la enfermedad, pongamos cáncer de pulmón, es de 10.000 u.m. más el coste que genera ocupando una plaza en un centro hospitalario, recursos materiales, humanos y a su vez, el ocupar una cama que no podrá ser ocupada por otro, todos estos costes, llamemos, secundarios, suponen alrdedor de 2.500 u.m./mes. Considerando que el paciente tienen una esperanza de vida, que lógicamente está catologada, de unos 15 años más de vida, dado su sexo, edad actual y condiciones generales, se estipula
-> Que la esperanza de vida del paciente no justifica el coste del tratamiento que precisa por su enfermedad.
Este tema es muy serio y en general la gente como que lo tiene asumido, bien puede que porque hay que “mirar por el bien común” o algo así, como ha justificado alguna gente al plantearselo. Pero señores que hay suficiente dinero como para llevar a cabo estas acciones de salvar vidas, necesarias. Que los presupuestos manejan muchísimo muchísimo muchísimo dinero. Mi conclusión particular es, no que para pagar un tratamiento a un paciente habría que quitárselo a otro, no, ni que para reparar un punto negro en una carretera sacrifiquemos las obras del acueducto que ahorrarán 30 minutos de tránsito. No. Esta no es la cuestión. La cuestión es que para poder salvarle la vida a 250 personas que se sabe que morirán en una carretera concreta, o para salvar la vida a los 67 pacientes con cáncer de pulmón que no tienen una gran esperanza de vida, para esto, se tendrían que sacrificar obras asignadas a la empresa del concejal, sueldos de enchufados o personal asesor, los sobresueldos, productividad y gratificaciones de los pocos que se llevan el 85%. Quizá incluso deberían dejar de utilizar chofer privado y de dispensar en vestuario o en actividades protocolarias.
Así de mal es como está el tema…