Revista En Femenino

Controla el enfado

Por Comosuperarunaruptura1

Controla el enfadoSeguro que en más de una ocasión has terminado una conversación con tu ex convertida en una fuerte discusión. Hoy te voy a dar unas recomendaciones para evitar esas situaciones que no llevan a nada positivo.

Una de las situaciones más habituales en los casos de rupturas de pareja son los encuentros con enfados y discusiones. La mayoría de las veces se empiezan las conversaciones de forma controlada y hasta cierto punto amigable, pero luego van surgiendo temas o actitudes que van provocando que esos estados emocionales se vayan alterando y se acaba con fuertes discusiones donde cada uno se atrinchera en sus posiciones y no  hay manera de volver a la situación inicial de diálogo civilizado.

La vida esta llena de altibajos y sobre todo en aquellas situaciones de rupturas recientes de parejas.  Y está en nosotros tratar de mantener el equilibrio. En cuestiones del corazón es la adecuada proporción entre las emociones negativas y las positivas la que determina nuestra sensación de bienestar. Llegar a dominar esas emociones es una tarea muy ardua.

Sin darnos cuenta siempre buscamos el bienestar. Cuando vemos la televisión, paseamos, vamos con amigos, etc. siempre lo hacemos para intentar sentirnos mejor. Es cierto que tenemos escaso control sobre el tipo de emociones que nos puede afectar en un momento dado, pero lo que si podemos controlar es el tiempo que esa emoción va a perdurar en nosotros. Ante una actitud, una expresión, un insulto o un gesto de la otra persona que nos puede suponer una reacción de defensa o agresiva por parte nuestra, podemos dominar nuestra respuesta emocional. Podemos elegir entre contraatacar con un estado de enfado igual o superior al de la otra persona, (acción nada recomendable). O bien, y lo más sano, atemperar nuestra reacción con cierta apertura mental y detener la escalada de rabia y enfado, reaccionando de forma controlada y siempre con un nivel de enfado inferior al de la otra persona. El estado de ánimo es contagioso. Si ante una persona enfadada nosotros reaccionamos de forma sosegada y conciliadora, esa persona con toda seguridad cambia su actitud agresiva a un estado más tranquilo en un percentaje importante.

Según Diane Tice , el enfado parece ser el estado de ánimo más persistente y dificil de controlar. De hecho el enfado es la más seductora de las emociones negativas porque el monólogo interno que lo alienta proporciona argumentos convincentes para justificar el hecho de poder descargarlo con alguien. Cuanto más vueltas le demos a los motivos que nos llevan al enojo, más justificaciones encontramos para seguir enfadados. El enfado se retroalimenta y va aumentando de forma exponencial. Si una persona que se encuentre ligeramente irritable se ve afectada por una estimulación externa, emoción o pensamiento negativo, supone una escalada de la irritación bastante intensa. Dependiendo de la intensidad de esas emociones o pensamientos, esa escalada pasa del enfado a la ira, y de la ira puede llegar a la violencia.

Cómo disipar el enfado:

Estudios científicos realizados en 1899 y que aún siguen vigentes, demuestran y aconsejan que, ante una discusión, la persona agraviada debería alejarse durante algún tiempo de la persona causante del enojo y frenar la escalada de pensamientos negativos y hostiles, buscando distraerse. Lo ideal es que, ante una actitud de enfado de la otra persona reaccionemos nosotros tal y como digo más arriba, reaccionando de forma controlada y con un enfado inferior al de la otra persona. O bien cortando de inmediato la situación, abandonando el lugar y dejando para otro momento los asuntos a tratar.

El profesor Zillman descubrió que las distracciones son un recurso ideal para modificar el estado de ánimo negativo de un enfado. Pasear dando una caminata, conducir, ir al cine, leer o hacer ejercicio son muy aconsejables. Dichas actividades no darán ningún efecto si seguimos alimentando nuestro cerebro con pensamientos irritantes y agresivos hacia la otra persona.


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