Este fin de semana oí alguien que citaba una frase de Mike Tyson: ‘Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo en la cara’. Y es totalmente cierto, puedes tener toda tu situación laboral y personal perfectamente organizada, habiendo logrado un equilibrio que te permite disfrutar de todo, ser más productivo, hacer planes a medio y largo plazo, pero, en cualquier momento, puede surgir algo que manda todo esto al garete. A veces es una combinación de situaciones, a veces son cosas directas como un puñetazo, pero todas te dejan en KO técnico.
Estas situaciones son inevitables y tampoco previsibles. Con lo que, lo único que se puede hacer es actuar preventivamente, teniendo control sobre los ‘días normales’ de tu vida, si vives en un entorno equilibrado y ordenado, puede ser que te sea más fácil llevar los ‘días malos’, así si durante un tiempo bajas tu productividad, tus cargas de trabajo lo soportarán mejor y no te añadirán más presión cuando veas que no llegas a todo, lo que te permitirá centrarte en el problema y recomponerte más rápidamente.
Repetirte constantemente que levantarse es lo que toca hacer, es la primera reacción, pero no es fácil. Si la causa que lo ha provocado no tiene remedio, contrariamente a lo que puede parecer, esta puede ser más fácil de gestionar, como no tiene remedio, nada puedes hacer, por lo tanto, lo más racional es superarlo y seguir adelante con tu vida, aclarar que no pretendo frivolizar, porque las emociones son difíciles de llevar y controlar, pero desde el punto de vista de la razón, así es.
Si la situación que te desequilibra crees que puede tener remedio o se puede modificar alguna cosa, deberás decidir hasta donde luchar, y determinar una cantidad razonable de energía a emplear, luchar contra quimeras tampoco acostumbra a resultar y el desgaste puede ser infinito.
Normalmente estas situaciones te llevan a un estado de pura incapacidad para procesar, y no acostumbra a ser fácil arreglarlo uno mismo, con lo que hablar con otros es importante, ya que normalmente se trata de sobreponer la razón a la emoción, y uno mismo la mayoría de las veces pierde la batalla.
También hay algunas técnicas, que te permiten relajar la mente y darle pequeños momentos de descanso, dos de las más recomendables, y que yo cada día uso más, son la meditación, dedicar unos minutos al día a liberar la mente y respirar correctamente o bien, en los momentos de máxima ofuscación proyectarte situaciones que hayas vivido y que sean agradables, con eso verás que volver a estar bien puede estar más cerca de lo que ahora mismo crees.