Revista Opinión

Controladores, otra más.

Publicado el 11 diciembre 2010 por Romanas
Controladores, otra más.

 “Anónimo dijo...Vamos a ver; no es la cantidad de salario, si es mayor o menor, sino del carácter laboral de su prestación de trabajo. Si se produce un recorte en los derechos laborales fuera del marco del Convenio Colectivo y unilateralmente fijados por la empresa, y mañana, los tribunales, dijeran que eso es legal. Tenga en cuenta, y usted lo sabe como letrado, que, entonces, amparándose en esa nueva jurisprudencia, el gobierno, y no sólo el gobierno sino la patronal también, lo aplicaría el día de mañana a quién quisiera... aunque nosotros ya no estemos de acuerdo porque los afectados no serían los pérfidos controladores sino trabajadores de cualquier clase.Por eso decía del peligro del precedente que podría crear el Franco Decreto de 3 de diciembre de 2010 por el que se declaraban recuperables laboralmente el tiempo de bajas por enfermedad y maternidad, el aumento unilateral de horas laborales no retribuidas.Todo ello, unido, además, a la privatización del 49% de una empresa pública, AENA, y la supresión por anterior Decreto de la ayuda de 426 euros, único ingreso de miles de familias del país. De nada de ello se ha hablado, y sí, de lo que interesaba, de la zanahoria que nos han puesto delante a todos: de lo que ganan los controladores y de que han fastidiado las vacaciones de un 0,5% de españoles.Y es que, sobre los emolumentos de los controladores, no me atrevo a pronunciarme si son o no excesivos, pues no sabiendo lo que se llevan los banqueros y la familia reala no puedo decir si son o no, efectivamente, superiores a la media o no; para ello, haría falta que la riqueza del país estuviera equitativamente retribuida; y además, me niego a caer en ese debate interesado por el gobierno sobre los salarios de los controladores. Por lo demás, es verdad que no estaban en huelga y que su conducta se asimila al abandono de servicio, pero, tampoco me parece correcto solventar un conflicto y negociación laboral a golpe de bota militar.Y disculpe mi lenguaje para con usted en mis otros post.11 de diciembre de 2010 00:30 Anónimo dijo..."equitativamente redistribuida", he querido decir, en mi anterior comentario. Perdón, perdón, perdón,...11 de diciembre de 2010 01:21".Respuesta:A esto me refería en mi post cuando decía que, a veces, tengo la tentación de abandonar esto y dedicarme a leer los libros que compré hace ya algún tiempo y que tengo la sensación que nunca voy a degustarlos.Porque, para mí, esto que hago aquí no es un simple pasatiempo, sino que lo considero la actividad fundamental de mi vida; puede parecer pretencioso, pero es así.Cuando llegué a este mundo de los blogs, estaba trabajando en 3 novelas y un ensayo: El Códice secreto, unas memorias de Da Vinci, unas aventuras de don Quijote en el mundo actual, y otra que, en realidad, está terminada, a la que sólo falta la dura tarea de corregir y suprimir, que titulo Ensayo sobre la justicia, la historia del último pleito que llevé ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasbugo, en la que mezclo la trama vital de la demandante con los supuestos trámites del juez encargado de repasar el asunto para la vista por el tribunal. En cuanto al ensayo, que titulo Progreso y reacción, también tengo escritos ya 400 folios, a los que les he tomado un miedo cerval, porque el ensayo es un género que no admite ligerezas.Pero llegué a los blogs y comprobé que tenía más lectores en ellos que  los que había tenido en toda mi vida respecto a las cosas que escribí antes. O sea, que, a los 80 años, me encontré con un vivero de lectores, algunos de ellos interactivos, que me requerían comunicación diariamente sobre los temas de la más rabiosa actualidad y esta tarea se me antojó más atractiva e importante que la de escribir libros que no estaba seguro de que iba a leer nadie.Y mucho temo que esos proyectos de libro queden ahí, sobre mi mesa de despacho, para siempre.Pero no lo siento, es muy agradable, compensa bastante mi esfuerzo, cuando, todas las noches, penetro en el contador de llamadas de Stat Counter y compruebo que, como en el día de ayer, han habido los siguientes movimientos: visitantes que retornan: 78; visitantes que entran por 1ª vez: 122; visitantes únicos: 200; páginas descargadas: 248; lo que, para mí, es suficiente retribución.Pero decía que, cuando compruebo la dificultad que experimento para trasladar lo que pienso a mis lectores, o interlocutores como en el caso del anónimo al que ahora contesto, me desanimo mucho y me acometen tentaciones de dejarlo.Porque estoy totalmente de acuerdo con lo que él dice, pero, creo, que no es la contestación adecuada a lo que yo sostengo en mi post.Yo ataco la postura de los controladores y defiendo las medidas que adoptó el Gobierno por:1º) porque me repugna considerar trabajador por cuenta ajena a unos señores que cobran igual o más que otros colectivos como notarios o registradores, de los que sólo se diferencian simplemente: A) porque su relación en la prestación de servicio es aparentemente más directa, que realmente no lo es, porque tanto en el caso de los registradores como en el de los notarios, el que percibe la prestación del servicio tampoco ve casi nunca directamente al que se lo presta efectivamente sino a un subordinado de ellos, o sea, a un intermediario; en la prestación del servicio por los controladores tampoco hay una relación directa sino que se produce por intermediación de Aena o del Estado; esto en cuanto a la diferenciación por parte del sujeto pasivo, pero es que, respecto al sujeto activo de la prestación del servicio, cada uno de los controladores está perfectamente individualizado por lo que tampoco representa ninguna dificultad en orden a la igualdad de situación;B) en cuanto a la normativa que rige su actividad, el ingreso en la profesión de los colectivos en cuestión, notarios, registradores y controladores, es prácticamente el mismo, unas restringidísimas oposiciones entre un limitado espectro de la ciudadanía, cuándo y cómo los integrantes corporativos de sus grupos lo determinan, mediante tribunales constituídos por ellos mismos, con un sentido retrictivísimo ya que cuanto menor sea el número de los profesionales, es mayor la retribución de los mismos; mientras que en la casi generalidad del acceso de los trabajadores asalariados al puesto de trabajo no sólo es posible el ingreso directo, sin ninguna clase de prueba o de examen, sino que, cuando se establece el concurso de méritos o el examen, éstos se realizan no como garantía de cualificación técnica del aspirante sino como procedimiento para garantizar la igualdad de oportunidades respecto al ingreso;C) y, por último, la remuneración: el trabajador asalariado percibe su remuneración en función de 2 parámetros: a) el beneficio que proporciona a la empresa y b) la capacidad que él tiene para intervenir decisivamente en el rendimiento de su trabajo, lo que, a su vez, representa o implica la posibilidad de que los salarios no se fijen por métodos apriorísticos sino en función de la marcha de la empresa; en un régimen de estipulación no sólo libre sino también aleatorio, el empresario puede reunir a la plantilla y decirle que el beneficio obtenido no soporta el nivel de sueldos actualmente existente en la empresa, por lo que o se produce una rebaja proporcional de las retribuciones o se procederá al cierre de la misma; Aena, dicen, está a punto de declararse en quiebra, pero los controladores pretenden aumentar sus emolumentos, sin tener para nada en cuenta la situación de una empresa que para ellos no es su empleador sino tan sólo un intermediario, para ellos, su trabajo sigue beneficiando de la misma manera al que es realmente su destinatario, el viajero, y piensan, seguramente, con razón, que éste debe seguir pagando el  mismo precio por el servicio que le prestanTampoco tengo ahora la impresión de haber explicado suficientemente mi interpretación de un problema, cuyas implicaciones no son, desde luego, fáciles de clarificar, pero la sensación que yo tengo sigue siendo la misma, estos señores, por su situación profesional, por la normativa que rige la prestación de su servicio y la incorporación al colectivo, y, sobre todo, por las retribuciones que persiguen y la presión, no me atrevo a escribir chantaje, que ejercen sobre un aspecto básico del funcionamiento del Estado, no pueden ni deben ser considerados asalariados de ninguna manera.Dicho sea con el debido y máximo respeto a otras interpretaciones que, por lo menos, valen tanto como la mía.

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