A todos alguna vez luego de realizar actividad física exigente nos han quedado los músculos duros y con molestias. El ácido láctico es un combustible. Los músculos lo hacen deliberadamente, a partir de la glucosa y lo queman para obtener energía. Durante el ejercicio intenso, cuando hay demasiada demanda de energía, se produce ácido láctico más rápidamente que la capacidad de los tejidos para eliminarlo y la concentración comienza a aumentar. Es un proceso benéfico, porque la regeneración asegura que la producción de energía continúe y así también el ejercicio. La razón de que los atletas pueden esforzarse tan fuertemente y durante tanto tiempo es que la práctica hace que sus músculos absorban más eficientemente el ácido láctico. Algo similar ocurre luego de varias hora de caminata en una travesía o ascendiendo una montaña. Lo más difícil es que luego de estar un día entero caminando al otro día hay que seguir. Y seguir implica mantener el mismo ritmo, estado de ánimo y el mismo peso cargado. La mejor manera de bajar el ácido en los músculos en con algún día de reposo en medio, pero a veces o hay tiempo para eso. Algunos ejercicios pueden ayudar a bajar el dolor. Un trabajo aeróbico suave, cómo una caminata por un terreno llano y sin peso, ayuda a que se elimine de la sangre y los músculos de manera más rápida principalmente porque se utiliza como combustible. Además se pueden realizar ejercicios de estiramiento o elongaciones pasivas para disminuir el nivel de contractura muscular y eliminar residuo en los mismos. Estiramientos por 10 segundos por cada grupo muscular ayudar al proceso de mejora. Además viene bien para el incremento o mantención del nivel de flexibilidad.