El rasgo que cualifica el diseño de la casa Curutchet es la manera en que articula los elementos de su arquitectura. Su composición asocia o confronta diferentes convenciones para construir su singular forma narrativa.
El proyecto no se somete a un orden estructurante definido. Se organiza mediante una técnica de agregación que destaca tres referencias: la racionalidad estructural que proviene del diseño dom-ino; el desarrollo de planos verticales como capas estratificadas que procede de los ejercicios de pintura purista, y la incorporación de elementos autónomos que cumplen funciones específicas. Estas convenciones actúan con independencia formal y funcional, pero en la lógica compositiva son solidarias entre sí.
En la Casa Curutchet, los volúmenes se definen con formas puras y abstractas. Se ordenan mediante una trabajada disposición que define la separación de áreas públicas y privadas. Establecen puntos de contacto en el plano horizontal cuando el techo del consultorio es también el piso de expansión de la vivienda.
Las capas verticales actúan como elementos componentes de una composición pictórica. Planos independientes que se recomponen en cuadriculas y se extienden en la profundidad de la casa. El parasol y el vacío entre volúmenes apoyan ese aserto pictórico. El primero modula sombras para oscurecer el plano de fachada y hace que parezca lejano; el segundo permite iluminar el plano de la vivienda ubicado detrás para provocar un acercamiento óptico.
El pórtico de acceso es el elemento que define el límite casi inexistente entre exterior e interior y el punto de transición entre lo urbano y la vivienda. En continuidad, la rampa resuelve el vínculo funcional mediando un paseo de imágenes cambiantes que permite ver la casa como fotogramas según se progresa en su recorrido. Esta visión cinematográfica es variable en el transcurso del día y de los días, por la incidencia de los rayos solares y los cambios de follaje en el árbol, que filtran los rayos solares y producen el contraste de luces y sombras.
Así ordenadas las partes, se compone un mecanismo arquitectónico indivisible que resulta imposible visualizar en su totalidad mediante el recorrido. Las sombras apoyan este concepto; su densidad variable que altera durante el día la forma visual de los elementos de la arquitectura. La lógica de agregación se nutre de elementos disímiles y autónomos puestos en un equilibrado estado de tensión.
©Marcelo Gardinetti, 2017
Fotografía: ©Olivier Martin-Gambier – FLC-ADAGP
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