El Convent anual del Gran Oriente de Francia se celebra durante los días 29, 30 y 31 de agosto en Niza, departamento de los Alpes Marítimos. Un total de 1222 Delegados, uno por cada Logia existente (salvo ausencias y excusas mínimas), nos reuniremos en el Centre Acropolis durante una asamblea general articulada en cinco sesiones (dos por día, más una el sábado por la mañana). Sistema de voto: una Logia, un voto.
Con un ritmo de trabajo diría que frenético, comenzaremos a las ocho de la mañana y, como muy pronto, interrumpiremos la jornada a las siete de la tarde (ha habido Convents en que hemos terminado en torno a las nueve y media de la noche, por ejemplo en Vichy). El conjunto de sesiones conforman una Tenida en Cámara del Medio, con apertura de Trabajos el jueves y clausura el sábado tras una impresionante Cadena de Unión a la que, además de los Delegados y Delegadas presentes, se unen los Hermanos y Hermanas que, en calidad de voluntarios, han contribuido al desarrollo y buena realización del evento. Dado que habrá Hermanas y Hermanos Aprendices y Compañeros entre estos últimos, la Cadena de Unión será en primer grado.
Tras la segunda sesión del Convent, el primer día, los miembros del Consejo de la Orden elegirán al nuevo Gran Maestro Presidente del Consejo de la Orden del GODF (hace más de diez años se abolió el tratamiento de “Serenísimo”, demasiado pomposo y extravagante en una organización fraternal; del mismo modo que los Consejeros de la Orden ya no son tratados de “Muy Ilustre Hermano”, sino “Muy Querido Hermano”). El actual Gran Maestro, José Gulino, cesará en sus funciones y en su lugar será instalado, a la mañana siguiente (tercera sesión) el recién elegido Presidente del Consejo de la Orden. Dicen buenas lenguas que dos son los candidatos más seguros: Alain Simon, que ya forma parte del Consejo, y Daniel Keller, que será instalado como Consejero durante el Convent. ¿Quién saldrá elegido? Como en el GODF está clara la separación de poderes, y el Consejo de la Orden es meramente el ejecutivo, supeditado a las Logias, que son soberanas, el nuevo Gran Maestro, sea quien sea, tendrá que tener esto claro, y obrar en consecuencia.
Es preferible no traducir Convent por convento, dadas las connotaciones cenobíticas religiosas que dicha voz adquiere en castellano. En francés, el convento-comunidad religiosa se llama couvent, no convent, que se podría traducir, mucho mejor, por convención o asamblea.
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