Explicarles la historia de este Convento se me antoja imposible, mas que nada por que no se darles un motivo por el cual hoy por hoy la ciudad ya no lo tenga entre una de sus maravillas, tan solo decir que su derribo fue calificado como "Borrón indeleble de la historia de las bella artes con mengua del nombre español", considerando la inmensa riqueza artística que se encontraban dentro de sus muros...
Pero antes de nada, como solemos hacer con los edificios que ya no existen, vamos a localizarlo en el plano de nuestro conocimiento sevillano...
Como vemos en la imagen, se encontraba en el entorno de la calle Dueñas con Gerona, aunque anteriormente el Convento se extendía también por la calle San Felipe y la Calle Feijoo, perdiendo toda esa zona tras la destruccion sufrida con el ataque de los franceses a nuestra ciudad, aun así siguió poseyendo hasta el ultimo de sus días todo su compás y gran parte de los edificios anexos que sirvieran como dependencias para las monjas...
Esos edificios y viviendas propios del Convento fueron expropiados poco a poco con la desamortización, volviendo a ser reutilizados como viviendas vecinales...
Como ya hemos comentado, el Convento poseía un inventario de pinturas, alteres, herrajes, artesonados y un larguísimo etcétera de una calidad inigualable en cualquier otra iglesia o convento de la ciudad, siendo hoy en día totalmente incomprensible e imposible adivinar donde fueron a parar en su inmensa mayoría, pues lo acelerado de su derribo hizo que el expolio del mismo fuera brutal, siendo muchas de esas piezas sacadas del Convento en mulas en plena oscuridad de la noche y sin un registro de trabajadores que llevara un mínimo control de lo que de allí se iba extrayendo. Prueba de tal riqueza la da este altar...
Era un retablo dedicado a San Francisco, de lo poquito que se salvó del expolio ya que fue trasladado a Santa Marina, pero tristemente desapareció bajo las llamas en los lamentables sucesos del 36.
Lo mas triste del derribo de este convento fue el motivo, "un desconchon", si amigos, un triste desconchon en un tapia del Convento que por mal del demonio colindaba con la casa de un aferrado Republicano Concejal del Ayuntamiento que en aquel entonces gobernaba la ciudad....
Pues bien, después de varilos litigios a causa del arreglo de dicho chapú, no se le ocurrió otra a este señor que aprovechar su poder en el Ayuntamiento y los ideales republicanos que en aquel entonces nos gobernaban para con ello llevar a cabo el derribo de tan insigne edificio, de tal modo que si fue aprobado en pleno su derribo un viernes, el mismo lunes se comenzó con el el mismo...
Lamentablemente, a finales de 1870 el Convento había pasado a mejor vida, desde luego mejor que la que le dimos nosotros.
Marisa Valle Torina
Indalo Martín Villa