Revista Historia

Conversación a tres bandas

Por Santi

En el Le Monde diplomatique en español nº177 (julio 2010) encontré la transcripción de una conversación muy interesante, por sus contenidos y por las personas que charlaban. El periódico a su vez extrajo este contenido del libro " Ciudadanos de Babel", de la Fundación Contamíname, Madrid, 2002.

[...] una apasionante conversación entre José Saramago y nuestro director Ignacio Ramonet, organizada y coordinada por el ensayista Víctor Sampedro, que tuvo lugar en A Coruña en 2001. El problema tal como lo plantea José reside en cómo organizar teórica epoder real, anda por ahí diciendo "Aquí estoy". En el fondo es como esa especie de fluidoNorman Mailer le dijo a Pilar [d
Víctor Sampedro
Ustedes dos destacan como intelectuales y escritores que se pronuncian sin ambages
sobre la tarea que han de ejercer. Saramago, dice, o hace decir a la mujer del médico en El
Ensayo sobre la ceguera: "Yo soy la que nació para ver el horror del mundo". Y añade: "Es
preciso defendernos todos los días contra la degradación". A lo que Ignacio Ramonet
precisa: "Se trata de resistir políticamente, día a día, la oscura disolución de la políticaIgnacio Ramonet
misma en la resignación o la desesperanza". ¿Qué responden a quienes les tachan,
intelectualmente lo que podríamos llamar una resistencia al sistema, elaborando un espíritu
crítico. Estamos enfrentados, como José decía ayer, a un cambio de civilización. Tiene toda
la razón y no es pesimista afirmarlo. Revela lo que podríamos llamar sencillamente lucidez.Víctor Sampedro
Ustedes intentan y logran trasmitir con bastante efectividad estas actitudes a través
de los medios. Al mismo tiempo, en especial Ignacio Ramonet, denuncia que la gente busca
una comunicación humana, humilde y honesta, pero que no la encuentra. ¿Por qué razón?
¿Qué impide que la información, la comunicación, puedan resultar humanas, humildes y
honestas?
Mucha gente cree que exponer los riesgos o peligros en una nueva etapa implica mantener
una visión pesimista. En realidad, se están indicando, señalando e identificando una serie de
peligros para que no caigamos en ellos. Creo que esto se corresponde con lucidez.José Saramago
El pensamiento único, ni siquiera es pensamiento. Es, más o menos, el pensamiento
Víctor Sampedro
Se trata de una contradicción, ¿no? Un pensamiento que se presente como único,José Saramago
Ni siquiera nos referimos a un pensamiento único, como el que se instaló, por
ejemplo, en la Alemania nazi. Ellos tenían un pensamiento único, equivocado y criminal,
con las consecuencias que se vieron y las raíces conocidas. Ahora no. Ahora, sencillamente,
no se piensa. Domina el pensamiento cero. La aceptación de lo que existe sin criticarlo, sin
intentar cambiarlo. Todos esperan que al día siguiente alguien proponga lo que hay que
hacer y pensar. Pero al día siguiente dirán "Sigo pensando en nada".
de neutrones que viaja por ahí, pero que existe y condensa en sí mismo el poder. Y todos
los demás nos hemos convertido en eventuarios (¿?). En la medida en que somos
consentidores de esto y de aquello, somos los eventuarios. ¿Cómo se rompe esta cadena
mortal, esta cuerda que nos ahoga, que ahoga la inteligencia, la sensibilidad, el espírituel Río, periodista y compañera de José Saramago] en una entrevista que Bill Clinton era el último presidente de EEUU, porque a partir de él las corporaciones ya no necesitarían intermediarios políticos ¿Cómo le podemos cortar las piernas a eso? ¿Cómo se han organizado en Porto Allegre las miles de organizaciones reunidas allí para discutir problemas reales? ¿Alrededor de qué idea se han organizado? Esa es la clave. Las manifestaciones y reuniones de aquí y allá constituyen síntomas, o mucho más que eso, pero carecen de organización. En cambio, el mercado sí se organiza. Entonces, formulo de nuevo mi pregunta: ¿Alrededor de qué nos organizamos? Porque podríamos seguir discutiendo sin fin, llenos de razón hasta la punta de los pelos, afirmando: "Tenemos razón y somos lo mejor que hay, somos la hostia de buenos". Y esto no es pesimismo, ni derrotismo, es angustia. Personalmente es una angustia cómo pasar al ataque. Aunque fuese un ataque en primerísima línea e insignificante, de modo que el poder no lo sintiese. Al menos lo estaríamos sintiendo nosotros.
crítico, cosas que se consideraban inseparables del progreso del género humano? (...)
monolítico, sin contradicciones ni adversarios dignos de consideración, al menos, no resulta
humano.
cero.
La etapa actual necesita que los intelectuales se planteen cómo elaborar, cómo
construir un discurso crítico. Si a esto se le llama conspiración, evidentemente, el término
pertenece a otra época. Es casi una palabra de la Guerra Fría, incluso anterior a ella. La
vocación que podemos tener, por ejemplo, en Le Monde Diplomatique no es constituir una
conspiración cualquiera. Al contrario, se hace públicamente, mientras la conspiración
supone secreto, ocultación, intención disimulada, etc. Por lo menos, así la entiendo yo.
Necesitamos un discurso de la lucidez, consciente, público, abierto y colectivo, para
resistir a la "conjura de los necios". Esa conjura que enfrentamos trata de
establecer, de modo silencioso, una serie de razonamientos, hasta constituir lo que hemos
llamado el pensamiento único: convencernos que lo normal es lo que existe y que lo
anormal es distanciarse de ello. Se afirma que lo que existe, lo que estamos viviendo, no es
un resultado ideológico, sino puramente técnico, científico, etc., y que toda actitud crítica,
parte de ideologías "caducas" o se basa en arquitecturas ideológicas preexistentes. La verdad,
no me parece que sea una crítica seria al trabajo que podemos estar haciendo.
respectivamente, de pensador pesimista y trasnochado teórico de la conspiración?
Siempre nos encontraremos con la misma piedra en el camino, y esa piedra se llama: poder. Es el problema central, lo ha sido siempre. Pero de una forma u otra se ha disfrazado, trasladado a otra esfera, a otro nivel de trascendencia, si es que la trascendencia tiene algún nivel. Ahora sufrimos la brutalidad de un poder invisible, de una especie de presencia: el mercado... Porque el mercado, objetivamente hablando,es el que está en el centro de cada pueblo y ciudad. El mercado del que hablamos aquí ha sustituido a la invisibilidad de un Dios. Antes, todo se hacía antes en nombre de Dios, que tampoco estaba en la calle. Ahora decimos expresiones como : "en nombre del Mercado", "la lógica del Mercado", "las razones del Mercado"... Algo que no puedes apuntar con el dedo te está condicionando. ¿Cómo se puede controlar lo impalpable? Claro que el mercado, entendido así, emana de un poder material muy claro, muy definido y que está ahí. Puede que no sepamos cómo se llama,cómo se manifiesta y cómo opera, pero sabemos que existe.

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