Mario Silva. Bueno, iremos saliendo dentro de una hora.
Cmdte.- Sí. ¿Y vas para la loma aquella?
Mario Silva. Exacto, para arriba, para El Junquito, allá
donde dicen… Y sobre todo, estábamos hablando de esas noticias donde a usted
prácticamente lo ponían como con un derrame cerebral.
Cmdte.- ¡No me digas!
Mario Silva.- Sí señor.
Cmdte.- Ah, pues no me han dicho nada (Risas).
Mario Silva.- De eso estaban hablando, supuestamente,
de que usted tenía un derrame cerebral. Yo les dije que teníamos…
¿Qué planes tiene ahorita, Comandante?
Cmdte.- ¿Pero tú creíste eso?
Mario Silva.- No, no, en absoluto, usted sabe muy
bien… Más bien les dije que había una sorpresa, que había una sorpresa,
precisamente.
Cmdte.- ¿Y por qué lo sabías tú?
Mario Silva.- Ah, para que usted vea, como están los
miameros…
Cmdte.- Bueno, ¿y si a uno le pasa algo?
Quedarías tú muy mal.
Mario Silva.- Quedo yo mal, ¡pero vea usted ahora!
(Risas.)
Cmdte.- Pero no averiguaste nada.
Mario Silva.- No, no, en absoluto, lo que pasa es eso,
es la guerra que vienen dando con relación a las noticias.
Cmdte.- Sí. Cuéntame, sigue.
Mario Silva.- Ah, bueno, entre otras cosas, lo que se
viene hablando con relación al Comandante Chávez, que
está más grave de lo que, según ellos, de lo que nosotros decimos en la calle;
que usted está con un derrame. Es decir, hay una especie de noticias
necrológicas que vienen dando, no solamente en Miami, sino también en Venezuela,
runrunes de Nuevo País, Teodoro Petkoff y compañía.
Cmdte.- ¿Pero yo me he vuelto, acaso, alguien tan
importante, compadre?
Mario Silva.- Parece que es pesadilla de ellos.
Cmdte.- Me dan demasiada importancia.
Mario Silva.- Parece que es pesadilla de ellos usted y
el Comandante Chávez y todo lo que se está haciendo en Latinoamérica.
Cmdte.- Bueno, pero es un pueblo que aprendió a leer y
a escribir, ¡no te olvides!
Mario Silva.- ¡Ajá!
Cmdte.- No te olvides de los millones de venezolanos
que están estudiando. No te olvides de que en unos años ese pueblo ha
cambiado.
Mario Silva.- Sí señor. Lo que era antes el
pueblo analfabeta, incluso, que podía ser dominado hasta por los medios de
comunicación.
Cmdte.- Bueno, yo creo que Venezuela es uno de los
mejores lugares del mundo, más que Estados Unidos, en cuanto a
conocimientos de la gente y cultura general de la gente; más que Europa.
Tú no te encuentras a la gente esa que no sabe leer y escribir; encontrar un
analfabeto allí es muy difícil, y no es lo mismo un pueblo analfabeto que un
pueblo que sabe leer y escribir.
Mario Silva.- Un pueblo que estudia.
Cmdte.- Ellos están acostumbrados a tratar con pueblos
que no saben leer ni escribir, ¿y alguna vez tuvieron un pueblo como ese, o como
este mismo? Oye, nosotros llevamos ya más de medio siglo aquí. Yo he
estado conversando contigo, contándote cosas de hace casi 50 años y desde antes
de 50 años.
Mario Silva.- La Crisis de
Octubre que ahora mismo cumple un nuevo aniversario.
Cmdte.- Sí, yo te dije que habían pasado 500 años.
Mario Silva.- Quinientos años.
Cmdte.- Porque, oye, los cambios no se miden por el
tiempo, hay años que valen por 100.
Mario Silva.- ¿De allá hasta acá, Comandante, qué
encontraron, sobre todo, en el pueblo latinoamericano?, porque vemos que hay una
baja, incluso, intelectual en relación al pueblo norteamericano, porque les
conviene a las mismas transnacionales de la comunicación mantener a ese pueblo
ignorante de todo lo que está pasando en Latinoamérica.
Cmdte.- Mira, va a llegar el momento en que
Estados Unidos se quedará en el último, en cuanto a niveles de cultura y de
conocimientos, sin que tenga culpa el pueblo norteamericano; porque tú no vas a
culpar al hijo de una familia pobre, de una familia del sur de
Estados Unidos o de cualquier parte de Estados Unidos, o a un esquimal
en Alaska que no sepa leer ni escribir, sencillamente porque es pobre.
¿Cuál es la situación, por ejemplo, de la población negra en
Estados Unidos?
Mario Silva.- Ajá, y de la latina.
Cmdte.- ¿Cuál es el nivel de empleo de la población
negra? ¿Cuál es el nivel de acceso a las carreras científicas, a las de
profesores universitarios, a las de investigadores? Ellos no tienen la
culpa; sin embargo, fíjate, tú analizas: trabajadores norteamericanos en
la industria muy productivos, y te encuentras la población, dos
poblaciones: la población negra y la población latina. No te olvides
de que hay decenas de millones de latinoamericanos que la pobreza obligó a
emigrar a Estados Unidos, y allí los seleccionan, hacen una selección a la
inversa, separan a los padres de los hijos, el hijo norteamericano para allá;
separan a las familias.
Mario Silva.- Están ocupando hasta los puestos de
trabajo que antes eran destinados a negros y a latinos.
Cmdte.- Pero seleccionan a los que delinquen y los
mandan… yo me opongo, porque hace muchos años venimos lidiando con estos
problemas. Ellos, por ejemplo, son los responsables del número de armas…,
son armas norteamericanas.
Tú analizas casos como el de México, cuya historia conocemos, historia que
admiramos, una historia tan bella como la de México: la Revolución
mexicana, los personajes de aquella historia, desde la conquista española;
porque en México había una cultura que estaba muy encima de la que tenían en
Estados Unidos.
Mario Silva.- Exacto.
Cmdte.- Bueno, cuando la conquista, desgraciadamente,
la población indígena de México tenía una cultura elevadísima, sus conocimientos
agrícolas competían con los conocimientos agrícolas de ahora, ¿qué queda de
aquello? Xochimilco. ¿Dónde se produce el maíz que se consume en
México? En Estados Unidos. ¿Dónde se produce el trigo? En
Estados Unidos. ¿Dónde se producen los alimentos fundamentales?
Allí en Estados Unidos.
Yo a veces he leído, México tiene casi 3 millones de kilómetros cuadrados y
tiene más de 100 millones de habitantes; pero, últimamente… A mí me
gustaba leer mucho de México, desde la época de la conquista, y hemos leído
libros extraordinarios sobre la conquista de México. De México me han
mandado esos libros, la propia
directora de La Jornada -es una excelente lectura- ella me ha
obsequiado algunos de los libros.
Dalia Soto del Valle.- Carmen
Lira.
Cmdte.- Y en uno de esos libros, La conquista de
México, algo de eso, es uno de los títulos que me envió, y ahí está toda la
historia de Hernán Cortés, de la Conquista, de las guerras contra la población
indígena; de la zona de Guatemala, que era una cultura…
Mario Silva.- Luego, la misma invasión
norteamericana.
Cmdte.- Después, México, una historia llena de
interés.
Mario Silva.- Y ahora con la droga. Con el
narcotráfico prácticamente hay un Estado dentro de un Estado.
Cmdte.- Fíjate, Mario…
Mario Silva.- y son mercados del Norte.
Cmdte.- En México están muriendo -algo que no
existió nunca en toda la historia de México-, en México están muriendo más de
10 000 personas anualmente ya como consecuencia del tráfico de drogas y el
crimen organizado. Adquiere la forma más horrible que no adquirieron
nunca.
Nosotros estuvimos en México, allí nos organizamos antes de regresar a Cuba
después del ataque al Moncada; de allí salió el Granma, que nosotros
trabajamos allí con la mayor discreción posible, tuvimos dificultades, pero esos
problemas no existían. En aquella época existía el problema del
contrabando, no de las drogas. La policía era muy activa tratando de
evitar el contrabando en la frontera. Yo te lo digo, porque una vez crucé
la frontera aquella -casi fui “espalda mojada” (Risas)-, crucé el río, me
ayudaron para entrevistarme con unos cubanos del lado de allá; tenía que tener
esa reunión, que era un grupo de un partido que era opuesto a nosotros, eran del
partido que estaba en el gobierno derrocado por Batista, y nosotros buscando la
unidad de todas las fuerzas, y sobre todo después que tuvimos problemas con la
ley mexicana, no porque estuviéramos cometiendo delitos. Bueno,
técnicamente eran delitos, pero no eran delitos deshonrosos, estábamos
organizándonos para luchar contra Batista, estábamos entrenándonos, íbamos a los
campos de tiro; aprendimos algunas cosas allí muy interesantes. Allí
conocimos buenos amigos mexicanos y en un momento dado tuvimos problemas serios;
y yo era muy crítico de algunos de los adversarios, la gente derrocada por el
propio régimen de Batista, pero estaban en la oposición; no era lo que más
deseaba, pero no nos quedó más remedio que discutir, porque sencillamente
corríamos el riesgo de quedarnos más de 100 hombres allí, alrededor de 100, sin
recursos y sin nada, porque las dificultades que tuvimos con las autoridades
mexicanas como consecuencia de nuestra organización y nuestro entrenamiento, nos
condujeron incluso a la prisión en México.
El Che y yo estuvimos presos, Miguel Schultz creo que se llamaba aquel.
Mario Silva.- ¿Obligó también a adelantar la expedición del
Granma?
Cmdte.- No. Esa expedición se dio el día más o
menos que teníamos planeado, lo que la hizo muy complicada y muy peligrosa.
Entonces, teníamos un barco que lo compramos con hipoteca porque ya no nos
alcanzaba el dinero. Un mexicano se hizo responsable, “El Cuate”, como le
llamaban, amigo nuestro. Vendieron el yate y una casa que estaba en la
orilla del río.
Nosotros salimos por el Tuxpan, pero cuando salimos estaba prohibido porque
había una tormenta, un norte. Esa es una historia larga, no la voy a hacer
ahora; pero solo te digo que tuvimos dificultades, y después de aquello tuve que
cruzar el río como “espalda mojado”.
Conseguir un fusil era muy difícil, fusiles de cacería, fusiles deportivos,
no eran fusiles automáticos, ni los… super armas esas que tienen ahora que
disparan en unos segundos 30 tiros. Hay que ver las fotos de los fusiles
que Estados Unidos ha metido allí, sin decirles nada a los mexicanos; hay
que ver los arsenales esos.
Mario Silva.- ¡Lo que se ha vendido en armamento a
todas estas mafias!
Cmdte.- ¡Tremendo!
Entonces nosotros, conseguir un fusil era muy difícil. La policía
andaba detrás del contrabando, no de la droga, porque no había el problema de la
droga en ese tiempo allí.
Entonces, llegué, hablé, regresé por la carretera. Ir para México era
fácil, ir para Estados Unidos era muy difícil. Crucé ilegal, a lo
mejor me hacen juicio por eso, por la ilegalidad de haber cruzado como “espalda
mojada” y me expulsan. Entonces regresé muy bien y seguí, ya había
conseguido. Pero déjame decirte que la misma semana que íbamos a partir se
produce una traición, por un tipo que nos hace una traición, un tipo que había
estado en Estados Unidos, había estado creo que en el ejército, pero no era
ni buen soldado, ni valiente, lo único que simpatizaba. Ahora, ¿qué
quería? Manejar. “Pero, bueno, tienes que entrenarte.”
“No.” “Tienes que entrenarte. No puede ir nadie si no se
entrena.” Entonces lo que hace es que deserta; pero era muy amigo y mucha
gente pensaba que no, que él no traicionaría. Yo, por si acaso, tomé todas
las medidas de precaución con relación a lo que él sabía; pero había una cosa
muy difícil, él sabía dónde estaba el Granma, porque manejó muchas
veces, y yo tenía dos o tres compañeros que manejaban, y uno buenísimo, Cándido,
Chuchú Reyes; pero este se marchó y yo traté de que rectificara, de que
regresara; pero no regresó, lo que hizo fue vender la información, lo que
sabía.
¿Sabes cómo fue el negocio? Él por 5 000 dólares daba unas
informaciones, entonces la policía actuaba y comprobaba de que eran verídicas
las informaciones de él y ocupaban un número de armas.
Ahora, fíjate, después el negocio era: la policía le entregaba 25 000
dólares y él decía las otras cosas que sabía, pero, sobre todo, el barco que
íbamos a utilizar, y en ese ínterin…, fíjate.
Mario Silva.- Es cuando arranca el barco.
Cmdte.- No te voy a contar cómo lo supimos, porque
había gente honorable y hubo gente que era de la Federal, ¿y sabes que
reaccionaron?, eran simpatizantes de Cárdenas -Cárdenas estaba vivo. Yo no
quiero mencionar nombres ahora, porque tendría que mencionar muchos nombres;
pero eran cardenistas y eran policías y cumplieron. Estaban admirados de
la precisión que tenía la policía de Batista -claro, si se la vendió un
traidor-, entonces tal cosa y me dicen: “El barco no lo sabemos hasta tal
fecha.” Cuando zarpamos la policía había obtenido alguna información, porque la
policía aquella seguía todas las pistas y la Federal era eficiente. No sé
cómo será ahora, pero era eficiente.
Mario Silva.- ¿Ellos son los que le avisan a
Batista?
Cmdte.- ¿Quiénes?
Mario Silva.- Los de la policía Federal.
Cmdte.- No, Batista es el que les avisa a ellos dónde
están las armas, porque el traidor les dio la información.
Mario Silva.- ¿Pero la salida hacia Cuba…?
Cmdte.- No, bueno, la salida hacia Cuba cuando
nosotros desaparecemos de todos los lugares donde tenemos que estar es porque
hemos desaparecido, estamos en el golfo, 82 hombres. Sabíamos tan poco de
navegación, a pesar de que llevábamos un comandante que había sido de la marina,
graduado de academia, ¡Ave María!; tenía parentesco con una familia de allí que
se había portado bien, pero el hombre después se portó muy flojo. Teníamos
otro que había sido marino, que era subteniente o teniente; uno que había sido
comandante, y Pichirilo, un dominicano que conocí en Cayo Confites, que después
murió luchando contra la invasión yanki allí.
Mario Silva.- En Playa Girón.
Cmdte.- No, esos vinieron, yo los había conocido allí;
los invité y vinieron, vino Pichirilo, vino el otro, y vino el comandante,
bueno, el que era comandante de la Marina. Era un barco para 20 o qué sé
yo, 10 o 12 gente, y había 82 hombres, más las armas. Lo que menos había
era comida, porque nosotros creíamos que eran cinco días, calculando la
velocidad, hasta Oriente, y entonces el barco, que era como de 11 o 12, bajó la
velocidad como tres millas. Estaba hundiéndose. ¿Tú sabes por qué se
estaba hundiendo?, porque al calar más, entre las paredes filtraba el agua, y yo
veía que aquello no tenía remedio. Era de madrugada y nosotros, que
cantamos el Himno cuando salimos de México, no obedecimos la orden de que no se
podía salir porque había norte; salimos, amaneció, y seguimos navegando, y el
barco empieza a coger agua. Yo llego y me siento allí, al lado de la… La
comida estaba debajo de las armas. Bueno, esa es una historia para contar
aparte, no la voy a contar ahora. El barco empieza a coger agua, y yo
dije: “Bueno, a sacar.” Era una lucha, yo estaba viendo, mientras en
un cuarto allí sacaban el agua en una parte que tenía acceso al fondo, a ver
quién ganaba, si el agua que nosotros sacábamos o el agua que estaba entrando, y
yo dije: bueno, si esto… Estábamos a 70 millas de la costa.
Pasa un barco de guerra que no sabíamos de quién era, cerca, si era
americano, si era mexicano, no sabíamos. Pusimos una línea de fusileros,
que no había barco que nos agarrara, estábamos listos. Entonces, pasó como
a 1 000 metros, nada, no hubo nada extremo. Estábamos a 70 millas de
la costa, y como después de dos horas observé que el agua que sacábamos era
más. Ahora, ¿tú sabes por qué se salva el barco? Porque al empezar a
mojarse las tablas empezó a inflarse, y yo dije: “¿Quién resiste
esto?” Pero empezó y ya no entró más agua. Con sus 82 tripulantes en
el barco, entonces era, bueno, buscar la comida, a vomitar todo el mundo.
Por suerte, no me entró vómito a mí, que nada más faltaba eso.
El Che no había llevado sus medicamentos, y eso le pasó como tres veces aquí,
era casi como un destino, se le olvidaban o no los llevaba, no se preocupaba y
después venían los ataques de asma, que eran muy fuertes.
La comida estaba abajo, no duraba para 82 hombres, no había comida ni
para dos días, con hambre. Como la gasolina no alcanzaba, tenía un montón
de bidones con combustible, ¿y sabes con cuánto combustible llegamos a Cuba?,
con dos pulgadas de combustible en los tanques. Fíjate cuántas cosas
cuando van a ocurrir.
Bueno, entonces llegamos después de siete días. En Oriente se produce
el levantamiento; no cumplieron la orden, esa es la verdad, excelente gente, de
verdad. Fue la única vez en que avisamos cuando íbamos a salir.
Decía: “Obra pedida, edición agotada.” Eso significaba qué día y
hora exactos habíamos salido. Calcularon cinco días y a los cinco días, se
levantaron en armas; se levantaron en armas, el ejército fue para allá -de
Batista- y nosotros no habíamos desembarcado, llegamos 48 horas después y
estaban movilizados los perversos esos. Nos buscaron por todo aquello,
pero nosotros estábamos bien lejos de la costa sur. Pasamos por Caimán, se
nos cae un hombre al agua y llegamos al amanecer. Como decía Juan Manuel
Márquez, aquello no fue un desembarco, fue un naufragio.
Después vino lo de Alegría de Pío, la dispersión, y después el resto de la
historia.
Mario Silva.- Y encima un manglar.
Cmdte.- Pero, bien, el hecho es que ocurrieron todas
estas cosas y llegamos. Después aquella gente se unió toda, incluso
aquellos que…, pero nosotros dijimos: Bueno, vamos a unir toda la fuerza;
ya era formal, porque habíamos derrotado al ejército de Batista, y habíamos
constituido una fuerza y estábamos invadiendo el país, entonces todo el mundo ya
reconocía aquel ejército, y hubo un espíritu amplio con todas las
organizaciones, con todo el mundo, los que estaban contra Batista. Fue así
que se produjo el Primero de Enero.
Pero en México era así, no había drogas, y ahora mueren 10 000 y de qué
forma, de forma horrible, son personas que desaparecen en masa, gente pobre,
humilde que va y los desaparecen; matanzas en grupos; jóvenes de 14 y 15 años
convertidos en asesinos.
Mario Silva.- Una cosa, Comandante, la gente, los
latinos que están emigrando ahorita a Estados Unidos, que llevan sangre del
latino, ¿eso no se convierte, digamos, en un caballo de Troya dentro?
Cmdte.- Figúrate, tienen que escoger entre el hambre
que ha promovido el imperio en este hemisferio, el subdesarrollo y el empleo en
Estados Unidos a favor de las grandes empresas transnacionales, y después
los seleccionan, separan las familias, hacen cosas horribles.
El pueblo de Venezuela lo conoce, porque ha visto todo eso en muchas
películas. Yo veo Telesur y veo Venezolana de Televisión, y películas de
aquella época, y películas de América Latina. Te advierto que la mejor
televisión, la más seria son las que tienen TVes y Telesur, sin anuncios
comerciales, sin nada de eso, todo es político y de verdad; deportes, políticos,
instructivas de verdad. Esas vistas que ustedes toman de América Latina,
de paisajes preciosos, las cosas que la gente ha hecho, las cosas históricas,
las noticias internacionales, Libia, Siria; dondequiera que hay un problema
están ustedes con los mejores documentales, mientras las televisiones son hoy
grandes empresas al servicio de las grandes empresas. Antes era una
imprentita, hoy es una cadena que vale cientos de millones de dólares y no están
al servicio del pueblo.
¿Dónde está la libertad de prensa en todo eso? Y yo conocí a Ted
Turner, fundador de la CNN, era amigo nuestro, y un tipo serio,
deportista. Él mismo no debe haberse imaginado lo que es hoy las
estaciones. Hay algunas estaciones que dedican programas científicos, son
útiles, norteamericanas, pero los medios masivos son colosales empresas.
Mario Silva.- Porque es más fácil enseñar la diversión
que enseñar el estudio. En el caso, por ejemplo de Venezuela, hoy tenemos
la telebasura de la televisión que está más ligada a lo que es el mundo del
espectáculo, chabacana, que no tiene ningún tipo de mensaje social, novelas, que
son alienantes, muchas justificadoras del mismo clasismo; la otra es la de los
concursos, que rayan no solo en la chabacanería, sino en la deformación del
individuo. No hay, realmente, televisoras, incluso Venevisión, que se
mantiene, supuestamente neutral y lo que está haciendo es alienante.
Cmdte.- Y ustedes con los satélites estos… Pero,
claro, para poder trasmitir hace falta una estación que les trasmita. Hay
muchas que les trasmiten, pero es una lástima. Nosotros retrasmitimos
programas de ustedes que llegan a China, pueden llegar al Sudeste Asiático,
pueden llegar a Rusia, a muchos lugares. Desde luego, es un beneficio para
nosotros cuando tomamos un material de ustedes, pero lo divulgamos; sin embargo,
¿cuántas estaciones divulgan esos mensajes?
Pero yo confío en la cultura de la gente, yo confío en la educación mucho, es
el arma contra la perversión, contra esa apelación a los instintos, que es la
publicidad que hoy se usa en el mundo.
Ahora, mira dónde están metidos, Europa, los problemas que tienen con Grecia,
con Escocia, bueno, con Inglaterra, persiguiendo a los maestros; hasta en
Escandinavia.
Mario Silva.- Se hablaba del milagro económico
irlandés, ¿dónde está?
Cmdte.- Ahí lo tienes. Problemas en España,
problemas en Portugal, problemas en Francia, problemas en Irlanda, problemas en
dondequiera. ¿Dónde no hay problemas? ¿Y cómo los van a
resolver?
Mario Silva.- La misma Alemania, pensando que tiene…
el lastre con toda la Unión Europea.
Cmdte.- No, y que ahora ha renunciado a la energía
nuclear, se ha comprometido. Un loco cualquiera… puede ser víctima el
pueblo alemán, de los desastres por imprevisión.
Ahora, a mí me hacen gracia los tipos esos, que se ponen a hacer augurios,
como si para mí fuera una mala noticia morirme, entonces…
Mario Silva.- Es la perversión de la noticia, como
para satisfacer cierto sector, el mantener la gente…, es más o menos, yo lo
decía en el programa, cuando se dice: “A Fidel le dio un derrame
cerebral.” ¿A usted lo están matando desde cuándo?
Cmdte.- ¡Ah!, bueno, hace más de 50 años, cuando
desembarcamos en el Granma me mataron ya. No, a mí me han matado unas
cuantas veces. Espérate, no es problema el que me hayan matado, han
preparado mi muerte no se sabe cuántas veces. Me voy a conformar con decir
decenas de veces; pero, además, el fracaso de sus planes es una prueba de su
incapacidad. No había nada más fácil que liquidarme. Entonces, creen
que me van a dar una mala noticia; cuando muera me tocó el descanso, será el día
del descanso, mientras tanto, bueno, me he comprometido a mí mismo… toda la vida
lo he dicho.
Mario Silva.- Eso es igual, Comandante, que nos están
acusando, Comandante, de que somos hacker, entonces hay una expresión que ellos
utilizan mucho allá, que nos dicen chavestia, y nos dicen brutos, torpes.
Cmdte.- ¿A quién le dicen bruto?
Mario Silva.- A nosotros nos dicen brutos.
Ahora, la pregunta es si nosotros estamos, por ejemplo, poniendo los
bombillos cubanos, por donde usted personalmente vea 16 o 17 millones de
personas en sus casas o, por ejemplo, nosotros supuestamente acabamos de
intervenir la web y estamos jaqueando, supuestamente, a todo un equipo de
opositores, entonces no podemos ser tan bestias ni tan torpes.
Cmdte.- Yo me río.
Conviene que hagan eso, conviene que hagan eso, porque es estúpido hacerlo,
como cuando se ponen a insultar a los militares; es estúpido, porque no es lo
mismo un hombre disgustado, un hombre irritado o que lo estén insultando todos
los días…, y eso es lo que hacen aquellos. ¿A quién perjudica eso? A
ellos; hacen el ridículo más grande del mundo, y entonces no van a cambiar las
ideas. Porque yo digo, por mí ya, descanso, pero las ideas que uno ha
defendido mientras más tiempo pase más fuerza van a tener, sin que uno esté
pensando en ningún sitial, en ningún santuario, ¿para qué?
Mario Silva.- El mismo hecho, Comandante, que hayan
atacado al Comandante Chávez, decir que supuestamente el Comandante Chávez está
fingiendo la enfermedad, que todo fue un plan orquestado por el Comandante Fidel
desde Cuba, todo eso de estarse burlando y llegar, incluso, a hacer un artículo
de prensa, abiertamente provocador, donde se pedía que Chávez no muriera antes
de pagar todas sus culpas; lo único que hicieron fue, dentro de la misma
oposición, desatar reacciones adversas a ese tipo de comentario; porque la gente
no puede ser tan malvada.
Cmdte.- La gente no quiere que personas tan imbéciles
los dirijan, esos están descalificados, realmente. Y las ideas que ellos
están combatiendo, ya te digo, no se apagan así, te lo digo por experiencia,
hablo en nombre de no se sabe cuántos años ya, lo que he observado, y es,
realmente, que las ideas son muy poderosas, y que los hombres por defender sus
ideas son capaces de grandes sacrificios.
Mario Silva.- Y que no es fácil, esa era una guerra
dura, no es fácil; usted lo alertó la vez pasada con lo de Iraq.
Cmdte.- Escribí bastante y pienso volver a escribir,
pero ahora estoy trabajando en cosas que me parecen muy importantes, en cosas de
interés con un beneficio para las personas, cosas que sean útiles, no me gusta
perder el tiempo, no quiero hacer publicidad, es lo único que me puede apartar
un tiempito de escribir, porque me gusta escribir, me gusta explicar; pero
pienso que en este momento el deber es trabajar, profundizar en ideas que pueden
ser útiles a mucha gente, pueden ser útiles a nuestro pueblo y a otros pueblos,
y por eso estoy tranquilo, contento y feliz de haber podido conversar contigo,
haber almorzado; creo que te sometimos a la dieta que tú tienes.
Mario Silva.- Estricta.
Cmdte.- Frutas, vegetales.
Y, como tú viste, la pasé muy bien, y hemos conversado de todo.
Mario Silva.- Sí señor.
Cmdte.- Bien, ahora te deseo buen viaje.
Salúdame a Walter y salúdame a todos los amigos.
[Venezolana de Televisión]