Conversación sobre el amor N°1

Un amigo al otro.
¿Qué haces mirando en dirección hacia esos árboles?
– Estoy esperando al amor de mi vida.
¿No crees que eso es algo muy estúpido? Es decir, por ahí pasan centenares de mujeres, ¿Cómo sabrás quien es ella?
– No lo sé, creo que simplemente me voy a dar cuenta. En realidad nunca he conocido el amor, me han contado vagas historia con respecto a él, supongo que no ha de tardar en aparecer.
-Te diré algo querido amigo, te lo diré porque te aprecio mucho. El amor es lo único que no se debe esperar, el amor puede tardar toda una vida en llegar, pero jamás debes esperarlo. Por el contrario, te recomendaría que fueras a su encuentro.
-Perdón, no quiero que te ofendas, pero ¿Cómo creer lo que alguien como tú me dice? Es decir, tú no tienes ese amor que tanto mencionas no debo esperar.
En efecto, no lo tengo, pero no porque lo haya esperado, sino porque me aventuré a ir en busca de él y adivina, resultó ser que en mi camino pasé por un par de árboles similares a esos que tu contemplabas, donde una chica me dijo -¿Por qué tardaste tanto en aparecer?- Sólo le dije -Perdón, estoy a punto de encontrarme con el amor de mi vida- y desaparecí.
-Entonces crees que debo ir a buscarlo y si en el camino, sea corto o muy largo, encuentro una posibilidad, no digamos de ser feliz sino de conocer a alguien por muy extraño que sea, ¿Debo aventurarme?
-Claro, en realidad ese es el verdadero sentido del amor, nunca cerrarse al mismo, pero tampoco esperarlo.