Conversaciones en el taxi
3 febrero 2014 por Naima Tavarishka
−Buenos días, al Hotel Escuela, por favor.
−¿En Puerto de la Cruz?
−¡No!, ¡no!, aquí, en Santa Cruz.
−Es broma, mujer, que soy taxista y lo conozco todo… Es que si ya perdemos el sentido del humor nos quedamos sin nada. Como nos lo han quitado todo…
−Ah, disculpe, no lo pillé. Es cierto, si encima no nos reímos, mal vamos.
−Porque mire cómo está todo, estos políticos se creen los dueños del mundo y son todos unos corruptos. ¿No será usted política?
−No, no, tranquilo, no se preocupe. Lo entiendo.
Imagen: 123rf.com
−Mire, yo viví la dictadura en este país y lo que vivimos ahora se le parece mucho. Y luché por conseguir una democracia.
−Sí, imagino que las generaciones que lucharon por la libertad, ver lo que está pasando debe ser más duro que para el resto.
−Aunque realmente los mejores años de mi vida fueron durante la dictadura, porque si no te metías en política y en jaleos vivías muy tranquilo, con mucha seguridad en las calles.
−¿Ein?
−¿Ha dicho usted algo?
−No, no, nada…
−Ah, pues eso, que antes a los políticos se les encarcelaba por defender sus ideas y ahora a los que trincan los meten en la cárcel por robar.
−Sí, sí, desde luego, es terrible.
−Pero yo no los metería en la cárcel, porque hay que mantenerlos y eso cuesta dinero público. Yo los subía al Teide y los ponía a picar piedra o a hacer carreteras. Desde luego… yo no creí que la democracia fuera esto.
−Por aquí mismo puede dejarme. ¿Cuánto le debo?
-¿Pero no iba a usted a Puerto de la Cruz?
−…¿perdone?
−Que es broma, mujer, otra vez ha picado jajaja.
−Ya, sí, no ando fina
−Son tres con ochenta.
−Tome tres y quédese el cambio.
−No, perdone, son…
−Que es brooooma, hombre…
(Esto fue así, literal, y hasta fui tomando nota de parte de la conversación durante el trayecto, sobre todo cuando dijo que luchó contra la dictadura pero que en ella se vivía mejor).