Autor | Javier Poveda
Nueva York. Junio de 2014
Apunto para que no se me olvide algunas notas mentales de la conversación que tuve anoche con uno de los arquitectos del NYC Department of City Planning.
Algonquin Blue Bar. La elegancia clásica de Nueva York.
Nueva York, la capital del mundo….¿Qué es una capital del mundo?
En 1946, cuando se debatía donde ubicar la sede de las Naciones Unidas, Nueva York tenía unos doce millones de habitantes y era la metrópolis con más influencia sita en al país más rico y con la economía más próspera. El magnetismo de la propia ciudad, los rascacielos, los expresionistas… Joan Didion , la primera vez que fue a Nueva York escribió : “life would never be quite the same again”.
Las ciudades que se han erigido caput mundi, lo han sido aparte de por sus números, porque a la vez han sido capitales de imperios vigentes: Roma, Constantinopla, Xian, Bagdad, París, Londres… El pasado siglo XX ha sido fundamentalmente americano y Nueva York ostentó el título sin lugar a dudas. ¿Lo sigue siendo en el siglo XXI?. Ellos pensaban que sí.
Ph.Jhonson, Mies y P.Lambert del NYC Dpt.of City Planning.
Fíjese si la gente es descuidada en Nueva York, que se han dejado al Seagram en la calle….
Y si no, ¿cuál podría ser la alternativa? Algunos comentan que una capital del mundo global debe de tener un considerable porcentaje de habitantes extranjeros. De ésta criba se caen las ciudades asiáticas que apenas llegan al 1% o 2 % de población extranjera frente al 25-30% de metrópolis como Nueva York o Londres.
No sólo hablamos de población, también de poder económico, influencia, relaciones, cultura, educación, seguridad personal, estabilidad, apertura, etc….
“Una capital del mundo se mide en función de la influencia global que tienen las decisiones que allí se toman”.
Tiene su sentido pero quizá sea matizable. ¿Son menos importantes para el globo las decisiones que se toman en Washington que en Nueva York? No, pero sólo porqué está el gobierno…“como vuestra Bruselas”.
John Parker, de The Economist, concluía con que las ciudades internacionales diseñan y comercializan todo, especialmente servicios; y las ciudades globales además (categoría en la que hasta el momento sólo incluye Nueva York, Londres y Tokio), son especialmente influyentes en finanzas.
Si es Nueva York la capital del mundo, ¿a que se debe la tan escasa presencia de firmas de arquitectura extranjeras? En términos comparativos Londres alberga más sucursales de oficinas extranjeras que Nueva York.
En un listado rápido de nuestros “industry leaders” (donde no están todos) vemos donde tienen oficina y donde están las ausencias.
Curioso comprobar que en Shanghai no falta nadie. ¿Es la nueva capital del mundo para los arquitectos?
“Hay que estar cerca de donde se pagan los edificios. Donde se deciden las cosas”
Me gustó la explicación del arquitecto neoyorquino.
El inmobiliario es un negocio muy local, pero en términos globales y sobre todo cuando tu negocio son los edificios de gran escala, complejos en cuanto estructura financiera y con múltiples vínculos internacionales, estar cerca de los poderes de decisión es un punto a favor.
Es cierto que los el top se lo reparten entre firmas americanas y británicas, por lo que es lógico que todas las americanas estén en de una u otra manera en NY, y las británicas en Londres. Además comparten presencia en otras plazas fuertes como Shanghai o Dubai.
Pero parece ser, que las americanas tienen mayor capacidad de penetración en Europa (y usan Londres como puerta de entrada) de los que las británicas en USA. Ahora que el epicentro para los arquitectos se ha movido al Pacífico, ¿qué sentido tiene estar en Nueva York?
“Se trata de construir relaciones, ése es el motivo de estar en Nueva York”
Nueva York bajo esa perspectiva es muy competitivo. Un lugar donde hacerse un hueco a nivel de relaciones es difícil: bienvenido a la primera división.
“Enviar a perfiles medios a determinados mercados es un acto de cobardía propio del que tiene miedo al fracaso. El que tenga interés real en promocionar su firma, en que todos sepan qué está haciendo, en exponer su valor, tiene que enviar al “primero de la clase”. Y aun así esto es una auténtica cura de humildad.”
Es bien conocido el : ¿ves? Ya sabía yo que entrar allí no era posible….
Intenté rascar qué atributos tenían en común aquellos que según su punto de vista lo habían hecho “razonablemente bien”:
Ilustrativas famosas partidas de Washington Square.
- Jugadores de ajedrez. Gente que sabe como manejar sus piezas y al menos seguir vivo tras cada movimiento. Acabar en tablas no es mal resultado.
- Cazadores. En un sitio donde surge una oportunidad cada cinco minutos, y dado que se tienen las balas contadas, hay que saber muy bien donde disparar. Y por supuesto hacer blanco.
- Constructores. La paciencia y el rigor del arquitecto en obra que va levantando forjado a forjado, lo que será la estructura que soporte el negocio. Un negocio no exento de sofisticación. Todo bien proyectado, con las correcciones y revisiones pertinentes.
- Procesadores. Con la efectividad de un chip, sacarle partido a los pocos recursos que tenemos. Energía y rendimiento.
- Comunicadores. En una sociedad como la americana, la exigencia en “social skills” no es una ventaja, es un pacto de mínimos.
Quizás estas características serían aplicables a cualquier otro sitio, pero aquí con más motivo. En otros lugares donde tenemos algún tipo de ventaja (en un país en desarrollo, por ejemplo), algunas de nuestras carencias igual pasan desapercibidas. Aquí no creo.
Lo más curioso de todo éste paseo por el “elogio de la competitividad”, es que muchos, aun haciéndose un hueco, y expandiendo el volumen de negocio de su firma, nunca harán ningún edificio en Nueva York. Y eso es lo que lo que hace de ésta manzana la capital del mundo.
Aunque Johnson considere que Londres es caput mundi, sigo creyendo al maestro Borges cuando decía, hace ya 45 años, que : “Nueva York era lo que Roma había sido en su tiempo: la capital del mundo”
Artículo publicado en expansión bajo el título “Martinis en el Algonquin”