Revista Salud y Bienestar
Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza) ha logrado extraer células del timo --un órgano situado detrás del esternón perteneciente sistema linfático y responsable de la maduración de los linfocitos T-- y convertirlas en células de la piel, según recoge en su último número la revista 'Nature'.
El experimento, realizado en colaboración con la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), ha comprobado como las células extraídas del timo son capaces de cambiar su estructura genética a lo largo de su desarrollo para contribuir a largo plazo en el correcto mantenimiento de la piel, llegando a producir pelo hasta un año después de su implantación.
En este sentido, los investigadores suizos lograron extraer células epiteliales tímicas (CET) de ratas para más tarde inyectarlas en su piel descubriendo que las CET "realmente cambiaban su registro y lograban expresar genes diferentes convirtiéndose en células importantes para el funcionamiento de la piel", explica el director del estudio, el profesor Yann Barrandon.
En el timo, estas células se encargaban de "enseñar" a los linfocitos T cómo reconocer y destruir a las bacterias y a las células cancerígenas, siendo una pieza "clave" del sistema inmunitario del organismo. Sin embargo, este estudio ha demostrado que, en microambientes distintos, son capaces de cambiar su expresión genética, por ejemplo, en la piel, para mejorar el crecimiento de los folículos del pelo.
"En teoría, esta operación podría reproducirse con otros órganos", señala Barrandon. Además de representar una nueva vía de estudio en el campo de los trasplantes y la regeneración de órganos, para regenerar piel en grandes quemados, por ejemplo, también abren un nuevo campo de investigación que cuestiona los estándares biológicos al demostrar que es posible crear tejidos a partir de células con diferentes orígenes embrionarios.
El experimento, realizado en colaboración con la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), ha comprobado como las células extraídas del timo son capaces de cambiar su estructura genética a lo largo de su desarrollo para contribuir a largo plazo en el correcto mantenimiento de la piel, llegando a producir pelo hasta un año después de su implantación.
En este sentido, los investigadores suizos lograron extraer células epiteliales tímicas (CET) de ratas para más tarde inyectarlas en su piel descubriendo que las CET "realmente cambiaban su registro y lograban expresar genes diferentes convirtiéndose en células importantes para el funcionamiento de la piel", explica el director del estudio, el profesor Yann Barrandon.
En el timo, estas células se encargaban de "enseñar" a los linfocitos T cómo reconocer y destruir a las bacterias y a las células cancerígenas, siendo una pieza "clave" del sistema inmunitario del organismo. Sin embargo, este estudio ha demostrado que, en microambientes distintos, son capaces de cambiar su expresión genética, por ejemplo, en la piel, para mejorar el crecimiento de los folículos del pelo.
"En teoría, esta operación podría reproducirse con otros órganos", señala Barrandon. Además de representar una nueva vía de estudio en el campo de los trasplantes y la regeneración de órganos, para regenerar piel en grandes quemados, por ejemplo, también abren un nuevo campo de investigación que cuestiona los estándares biológicos al demostrar que es posible crear tejidos a partir de células con diferentes orígenes embrionarios.
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