#1 Te quiero también en los días grises, en los errores tontos y en las sonrisas vacías. Te quiero en bata y con los rulos, en la cocina y tendiendo la ropa. Te quiero en el enfado, en la opinión distinta, en los minutos pesados, en los silencios. Ojazos, convivimos.
#2 No te elegí. No me elegiste. Ambos veníamos en el lote. Distas tanto de la perfección como yo mismo. Eres maravillosa a veces y a veces no lo soy yo. Te admiro en tu mirada al mundo y discrepo sobre tu visión de las cosas. Tú no me hubieras dibujado así y yo no querría que leyeras a Ramírez. Pero te quiero, no siempre a mi lado y cada cual a su manera, pero sin que te vayas muy lejos. Suegra, convivimos.
#3 Tu arreglarías el mundo con otra caja de herramientas. Una del 15 para la falta de sonrisas, cuando yo tengo claro que es una llave de tubo del 10, a lo sumo el 11. Tu reniegas del tornillo rosca-chapa para reparar libertades, y yo no entiendo el uso del Aguaplast para tapar brechas hechas por dinero. Pero hay muchas cosas que reparar, tantas que hay días que no se puede coger el teléfono. La del quinto y su fuga de ansiedad van a tener que esperar al martes. Tu a tu curro y yo mirando al mio, y Dios, aunque no exista, en el de todos. Convivimos.
#4 Eres de “ese” equipo. Del eterno contrario. Te dan grima mis colores y yo no me pondría los tuyos ni para asustar a los niños un primero de noviembre. Ni tu crees que mi alemán sea más que un saldo de oportunidades, ni yo le daría a tu argentino más allá de una pelota de papel de plata. Me alegran tus derrotas casi tanto como a mi las tuyas. Pero nos necesitamos para el café del lunes o la birra del viernes. Para la ironía del trabajo o la chufla del corro callejero. En el juego nos encontramos y de ahí no deberíamos salir salvo para hablar de que nunca me faltes como noble enemigo. Tan sólo es fútbol, convivimos.
#5 Eres de ese partido en el que yo no creo. Amas una bandera que yo considero tan lejana como las historias que contaban del sol y los imperios. Piensas en mi error y buscas mis mentiras. Yo creo creer en el futuro y tú crees que soy algo que no existe. Eres la otra mano, la otra parte, la otra España. Pero esta es tu tierra y la mía. Pero esta es mi tierra y la tuya. Aquí hay un sitio. No te puedo cambiar ni quiero que me cambies. Pero quizás podamos dejar de ser ambos mancos. Sólo quizás. No te daré la razón ni pretendo obtener la tuya. Pero dejemos los golpes. Convivamos.
#6 Un dibujo simple. Un trazo negro, un papel blanco. Se niegan. La punta oculta al papel en su recorrido tanto como le da sentido. El papel da espacio a las lineas y el lápiz al soporte da sentido. Se enfrentan, se necesitan, se utilizan, se buscan, se pelean, se quieren, son distintos. Dibujemos. Convivamos.
Gracias a @senovilla_jfs y @artecar24 por vivir-con ganas de con-vivir, y por darle motivos a un lápiz y a un papel para trabajar juntos.
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