Revista Infancia

CONVIVIR CON ADOLESCENTES DURANTE EL CONFINAMIENTO: una historia que no querrás leer.

Por Compritaspeques

AVISO IMPORTANTE: ÉSTE NO ES UN TEXTO APTO PARA MADRES ESCRUPULOSAS.

Ésta que os enseño a continuación no es la habitación de mis hijos pero me encantaría que lo fuera y no porque sea preciosa, espaciosa, con muebles bonitos y con un toque de baloncesto que a mis " gasolito s" seguro les gustaría mucho. Me encanta, básicamente, porque está ordenada y, desde aquí, me llega el olor a limpio. Si no recuerdo mal, la habitación de mis hijos es bonita pero está tan desordenada y "huele tan raro" que hace exactamente un mes y un día que no entro en ella.

Doy gracias a Dios porque mis hijos, en lo que al aseo personal se refiere, son limpitos y se me duchan todos los días pero, aún así, pasar el confinamiento con dos teenagers con las hormonas en plena efervescencia no es plato de gusto ni para la madre que los trajo a este mundo. ¿Sabéis que las hormonas de los adolescentes desprenden un olor no demasiado agradable aun estando ellos en estado de reposo que es, por cierto y desde hace un mes y un día, el estado favorito de mis retoños?

Como ya tienen edad para empezar a hacer cosas y yo para dejarlas de hacer, el orden y la limpieza de su dormitorio es, desde que estamos encerrados y sin ayuda en casa, cosa suya. Y así nos va. El otro día me dice uno que no tiene calcetines limpios. Yo, con esa voz dulce de madre amorosa que me caracteriza, pregunto inocentemente: pero cariño, ¿tú los has echado a lavar? "Pues no lo sé" "Pues mira debajo de tu cama desgra... desastre mío". ¿Os imagináis los calcetines que pueden caber debajo de una cama? Pues os aseguro que muchos más...

Cuando andan diciendo que las mascarillas son necesarias os puedo asegurar que lo son: y no para salir a la calle -cosa que no hago- sino para acercarme a la habitación de mis hijos cuando necesito comunicarme con ellos y no me cogen el móvil o, sencillamente, para pasar por delante cuando tienen la puerta abierta.

Yo les pregunto si no les molesta el olor y a ellos nunca les parece que huela mal. Entonces yo me preocupo mucho porque dicen que uno de los síntomas del Covid es la falta de olfato y, definitivamente, mis hijos lo han perdido del todo.

Por cierto, el martes pasado me armé de valor y me atreví a entrar en "la cochiquera" para despertarles pues era martes y se habían acabado las vacaciones:

- "¡Niños, que han acabado las vacaciones y empieza el cole!"

- "No me jo... fastidies!", fueron las palabras, acompañadas de un espectacular bote en la cama, de mi benjamín que todavía se está sobreponiendo del susto...

El otro, que además del olfato también ha debido perder el oído, ni se inmutó.

Si vuestros hijos son limpios y ordenados no os manifestéis por favor que de envidia se puede morir y todavía no tengo edad...

Si son un poco como los míos, compartid experiencias por favor que, ya se sabe, mal de muchos...

Nota final: he hablado de calcetines para suavizar el tema. Lo que se les había acabado era otra cosa.

Nota superfinal: este texto no estaba pensando para ser un post en el blog sino en Instagram. Pero resulta que se me ha ido la mano con los detalles y ya sabéis que Instagram nos limita el texto que acompaña a cada foto. Igual que ahora nos han limitado el envío de vídeos por WhatsApp que es algo que me tiene profundamente indignada.

Como me he tenido que venir al blog para escribir el texto os dejo unas cuantas imágenes más de lo que me gustaría, en lo que a orden y limpieza se refiere la habitación de mis hijos. Aunque el espacio y la decoración de la mayoría tampoco me importaba...

Y os dejo la foto de la portada con el crédito:

Y si habéis llegado hasta aquí, gracias por leerme. Nos vemos en el próximo post y, mientras tanto, por INSTAGRAM


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