La experiencia fue inolvidable: en la mejor compañía, hemos visitado algunos de los enclaves más bonitos de la zona, hemos tenido la oportunidad de saborear lo mejor de la gastronomía portuguesa, además de conocer su estilo de vida y sus servicios. No hemos parado de hacer fotos, parecíamos japonesas.. pero es que el lugar lo merece!
Bastante desconocida para muchos españoles, la costa de Estoril, la riviera portuguesa, es uno de los enclaves más maravillosos del país. Además, yo he veraneado en la zona toda mi infancia, así que para mí tiene un encanto muy especial. En Estoril y Cascais se concentran impresionantes hoteles y restaurantes de lujo a unos precios que en España ya resultan imposibles. Y si a esta calidad de los servicios le sumamos lo espectacular de sus paisajes, su buen clima y su cercanía ya tenemos el destino ideal para una escapada de fin de semana o un puente largo.
Nuestro coolhunting trip comenzó el viernes a medio día, cuando salimos de Madrid con destino Lisboa en un vuelo de TAP. Apenas se tarda una hora en llegar, el vuelo se hace en un suspiro. Nuestro hotel, el Vila Galé de Cascais, es un cuatro estrellas muy correcto con una ubicación ideal a pie de mar y a pocos minutos del centro de la ciudad. Apenas dejamos las maletas quisimos aprovechar la tarde para pasear por Cascais, y no pudimos resistirnos a saborear un helado de Santini, la heladería más antigua y famosa de la ciudad (el helado de canela estaba absolutamente delicioso).
Llegó el momento de volver al hotel y preparar un look Casual Elegant con el que la noche nos tenían reservado un plan fantástico: cena en el Casino de Estoril y disfrutar de uno de los musicales de más éxito del país: Fado, historia de un pueblo. Gracias al cual pudimos conocer en profundidad el género musical portugués por antonomasia. Agotadas pero felices volvimos al hotel para descansar, nos esperaba una jornada intensa y muy interesante.
El sábado por la mañana, después de un copioso desayuno en el hotel, pusimos rumbo a Sintra. De camino paramos en Cabo da Roca, el punto más occidental de toda Europa. Llegamos a Sintra, una auténtica ciudad de cuento, al pie de un monte dominado por el imponente Palacio da Pena y el Castelo dos Mouros. Las estrechas y empinadas callejuelas de Sintra, llenas de preciosas tiendas con lo mejor de la artesanía tradicional. No podíamos dejar de pasar por Piriquita, la cafetería más famosa y típica del lugar, para saborear los tradicionales travesseiros y las queixadas (el viaje fue un no parar de comer constante).
Nuestro minubus nos llevó a Azenhas do Mar, un pequeño pueblecito costero, en el que pudimos degustar una exquisita comida en un restaurante al pie de un acantilado. De vuelta a Cascais conocimos la Casa das Historias de Paula Rego, un precioso museo con una espectacular arquitectura, en el que se muestra el trabajo de la artista portuguesa Paula Rego y su marido Victor Willing. Me quedé completamente enamorada de la obra gráfica de Paula Rego! Después de cenar en el Mar do Inferno, un restaurante poco turístico pero muy conocido entre los habitantes locales, cabamos la noche tomando un Gin Tonic en uno de los hoteles más chic del lugar, el Farol DesignHotel .
El domingo repusimos fuerzas en el maravilloso Spa del hotel Grande Villa Italia, donde además de reponernos en sus piscinas de agua de mar pudimos disfrutar de un impresionante masaje relajante. Antes de poner rumbo al aeropuerto paramos a comer en el resturante Peixe Nalinha, un precioso restaurante a orilla del mar, que puso fin a un viaje de ensueño.
En octubre os contaremos más detalles de nuestro viaje en el Especial Portugal de Atelier que estamos preparando estos días. Mientras tanto podéis leer más experiencias portuguesas en los blogs de mis compañeras viajeras.
¡Muchísimas gracias a Turismo de Estoril y a TAP por ayudarnos en este viaje inolvidable! A Ana Bermejillo, a Romina, nuestra guía y a Carla Gomes, por su amabilidad. Estamos deseando volver!
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure