Revista Educación

Cooperar o competir. La economía de las caricias

Por Jesús Hernández González @jhergony

Cooperar o competir. La economía de las caricias

Álex Rovira


Álex Rovira habla de la Economía de caricias, del efecto Pigmalión en positivo o del revés, de la gestión de los equipos... de cooperar en vez de competir.
Los humanos para desarrollarnos necesitamos la caricia externa. La caricia no solo entendida como contacto de piel con piel, una caricia es una mirada, es un gesto amable, es un mensaje, es una mano en el hombro, es una sonrisa, es un feedback, es una crítica constructiva.

Cooperar o competir. La economía de las caricias

Imagen Las mejores frases de la humanidad


Entre el dolor y la nada, profiero el dolor
 William Faulkner
El adolescente que se rebela lo hace normalmente para tener la atención de ese padre o esa madre ausente, por motivos profesionales, porque tiene que pagar la hipoteca o porque está cansado. 
Pégame antes que ignorarme. 

Por eso, crea comportamientos disfuncionales, porque está clamando por el reconocimiento de aquella persona a la cual ama y que tiene como un referente.
La rebelión, muchas veces, no es más que una forma descarada, incluso desesperada de llamar la atención.
Si fuéramos conscientes de esto, la lectura que muchas veces haríamos de comportamientos poco afortunados, incluso tóxicos, no sería que el otro o hace por incompetencia o deliberadamente, sino que lo hace porque está llamando nuestra atención, nuestro diálogo, nuestro feedback para que los dos podamos crecer.

A partir de esta premisa, 
En el fondo todo ser humano necesita para sobrevivir caricias positivas
Podemos llegar a una conclusión muy interesante:


 A la hora de relacionarnos con el otro, ya sea entre pares, ya sea con mandos o con personas que tienen autoridad moral o funcional o con personas con las que nosotros tenemos ascendencia, no sirve de nada la relación tóxica. No sirve de nada, es tremendamente contraproducente el insulto, la presión innecesaria, la humillación, el acoso moral.
Aquellas personas que dicen que sometiendo al otro y tratando con un exceso de presión rinden más, generan el espejismo de la eficiencia a corto plazo. Están, probablemente, poniendo un combustible de alto octanaje a un motor que alargo plazo no lo va a soportar.
La curva de rendimiento a corto plazo puede ser explosiva, pero esa persona petará y, por lo tanto, la disfunción a largo plazo será extraordinaria.
Es mucho más inteligente buscar la aproximación basada en el que si tú estás bien, yo estoy bien. 

Cooperar o competir. La economía de las caricias

Imagen Frases célebres


Se trata de cuidar, se trata de respetar, se trata de dar alas.
El paradigma logra:
Cooperar en lugar de competir.
Competir con nosotros mismos. Si te comparas siempre pierdes.
Comparar para mejorar, no para destruir al otro.
Los equipos son fuertes, crecen cuando no hay narcisismos, cuando no hay vanidades, cuando no hay luchas en las costillas del otro, sino codo con codo para hacer piña que nos permita superar la adversidad, el reto, la crisis.

Si yo soy confiable para ti y tú eres confiable para mí, nos comprometeremos.
No puede haber compromiso sin confianza. 

La confianza no admite grados, es binaria:
O confiamos o no confiamos.
 La lógica de la cooperación nace de la lógica de la confianza. Y nace a su vez de esa lógica:
Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es, pero trátalo como puede llegar a ser, porque confías en él, porque cooperas con él y se convertirá en lo que está llamado a ser.



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