¿Os imagináis una París Roubaix disputada por Cancellara y Museew? ¿Sería bonito verdad? Pues en la Copa del Mundo de Mountain Bike, está pasando. Sólo, analizad la imagen de portada y decidme que os sugiere. Os resumo lo que me dice a mí:
-Hola, soy Nino Shurter, soy el p*** amo del Rock Garden y mira como disfruto.
-Hola, soy Absalón, a mí no me digas lo que tengo que hacer, sólo ven y corre conmigo.; si puedes.
De verdad que, es más que un espectáculo. Es una inercia de perfección, es como, si el inventor del Mountain Bike, diseñara dos rivales perfectos, con virtudes y defectos opuestos y encima, coincidieran en la época y nos pudieran hacer disfrutar de una forma extraordinaria.
Se preveía una carrera difícil por muchas cosas; Primera carrera del año, todo el mundo con ganas, con fuerza, con ánimo, sin excusas…Y, así fue, carrera difícil.
El MMR Pro Team, nos desplazamos a Johanesburgo con la ilusión de un juvenil pero, con la prudencia de un veterano. El circuito, no era tal y como se apreciaba en el vídeo previo, era mucho….mejor. Piedras, peraltes, sube, baja, pasarelas de madera…todo lo que un circuito de de Mountain Bike, puede tener.
Realmente, era un circuito exigente desde el punto de vista técnico. La primera impresión de Pablo Rodríguez (sub23) y Carlos Coloma fue clara: “…Waaaauuu! Una pasada”.
Llegó el día y la hora de Pablo. Nuestro jóven corredor (Pablo tiene 20 añitos en su cuerpo, pero muchos más en su cabeza) salía en el segundo cajón, en la posición novena. Estaba tranquilo, sereno, no es un corredor que te transmita mucho en la salida, más bien, es sólo un trámite más para él. Tras una salida regular, en la segunda y tercera vuelta se colocó en una brillante sexta plaza.
A priori, por ser más joven, me da la sensación de ser más indefenso…pero cuando le veo saltando y gozando por las pedras y los saltos…pienso: “…Cómo me voy a preocupar por él si está disfrutando a tope..”. Pablo terminó en la séptima plaza, a muy pocos segundos del sexto que le adelantó en la última vuelta. Lo más importante de todo, es que, Pablo terminó muy contento y nosotros, más.
Seguidamente corrieron las chicas con victoria final para Yolanda Neuff, quien, aún cayendose dos veces, ganó y bien ganado. Es impresionante lo de la menudita suiza. Se le nota que disfruta, y por eso, lo hace tan bien.
A las 15,30 horas; llegaba el turno top del día…En éstos momentos, te sientes un poco como aquel que viste a los toreros, que le ajusta el fajín y le coloca la torera. “Sólo te puedo decir una cosa hijo: La suerte, está hechada…”
Nosotros no teníamos al torero, teníamos al toro bravo.
Coloma no había disputado ninguna Copa del Mundo en condiciones óptimas desde su caída en Heubach (Alemania) dónde se rompió el hombro el año pasado, el 20 de Abril. Pero el 13 de Abril de 2014, era el día de la vuelta. El día de demostrar la clase, la furia y las ganas que tenía.
Salió en la posición 78, en el último cajón. En el primer paso por la Zona Técnica ya pasó el 35. Y en la segunda de las siete vueltas, ya se colocó el 27.
El calor, la tierra, las rocas, el ansia de escupir el entrenamiento del invierno era algo que todos querían pero, Coloma, un poco más que los demás. En la tercera vuelta alcanzó al corredor vigésimo. Y en la cuarta, se colocó el 17. Justo, en éste momento, pinchó. Jorge, nuestro mecánico, rápidamente lo solventó y siguió, pero, igual que la mala suerte se ceba con un torero bueno, que le toca un toro malo, Coloma volvió a pichar en la quinta vuelta.
A veces, se arriesga y se gana, otras se pierde pero lo que está claro en el ciclismo, sean piedras o asfalto, es que es un deporte para valientes. Y el que no es valiente, puede jugar a otra cosa, pero no se puede jugar a ser ciclista.
Cuando Coloma se subió a la bici después de cambiar rueda, os prometo que, en pocas veces he visto a alguien que pidiera más carrera que esa, que la rabia fuese superior a las adversidades, que se subiera a la bici para partir las bielas o morir….Ese momento lo tuvo todo.
Lamentablemente, el año pasado no pude coincidir mucho con Coloma por su temprana caída pero, ahora conozco la verdadera competitividad que le es innata. Hay líderes, carismas, gente con iniciativa, gente con garra, con clase…Y también hay gente, tocados con una varita de magia, que tienen todo eso y que, además, son trabajadores y sufridores. Ahí se engloba Coloma.
Finalmente, nos quedamos con una posición trigésimo séptima que nos supo a poco por como fue la carrera pero, también nos supo a mucho por lo que está por llegar.