El Castillo Real de Varsovia resulta de imprescindible visita para contemplar los Canaletto y sus dos magníficos Rembrandt. Los paisajes urbanos de la vieja Varsovia del Canaletto fueron la inspiración para la ejemplar restauración de una ciudad masacrada por su heroico levantamiento al final de la Segunda Guerra Mundial.
Destacamos en primer lugar un escultural reloj mecánico del Hall de los Caballeros, donde la guadaña de Cronos señala la hora en un Ecuador de la esfera celeste. Cronos aparece más como el gigante Atlas portador del mundo.
Y encima de Cronos una pintura que representa a Copérnico con un compás. El marco dorado también muestra los instrumentos de la geometría y la astronomía.
Destacamos la referencia al año 1543, fallecimiento del autor y de la publicación del De revolutionibus orbium coelestium. Cosas del azar, es el mismo año también se publica el De humani corporis fabrica de Andrea Veasalio. Casualidad irónica que reafirma el pensamiento renacentista que tanto gustaba de las correspondencias entre el microcosmos y el macrocosmos. La revolución científica se produce tanto a escala humana como cósmica.
Dedicaremos esta semana otras dos entradas al Castillo Real.