TODO PODER EXCESIVO DURA POCO. Séneca
Seguramente a todos los que escribimos nos ha ocurrido alguna vez que hemos encontrado frases o ideas originales nuestras en otras bitácoras. Es lógico, todos nos nutrimos de otras fuentes que nos ayudan a rehacer y dar forma a nuestro discurso. Nos necesitamos y recurrimos a terceros en un afán de hacer las cosas mejor.
Lo que quizás nos duela más es encontrar párrafos o artículos completos sin ninguna referencia a su autor, agravado por ser insertados en lugares en los que el copión, encima, cobra. Me ha ocurrido en varias ocasiones. La más sangrante fue cuando un colaborador -así se llaman- de El País no sólo se permitió el lujo de copiar un párrafo entero, sino que, en el colmo de su osadía, no varió ni el título de su artículo. Así, con un par bien puestos.
La última ha sido en una bitácora en la que el autor se dedica a recoger artículos sobre ciencia. Su trabajo se resume en copiar, pegar y cobrar. Porque el listillo le saca jugo al trabajo de otros. Una vez fue en una página en inglés -no acierto a comprender qué hacía mi solitario texto allí-, otra en un gracioso argentino que además le echaba güasa firmando él los artículos copiados y el tercero al que anteriormente hacía referencia.
Lo preocupante no es que sisen los escritos. Cuando los coloco en la red cuento con que los hago del dominio público. Lo triste es la mediocridad que demuestran estos sujetos cuando se fijan en una bitácora como la mía teniendo miles de fuentes más interesantes y mejor concebidas. Estos zotes se merecen un capón por ineptos y ser corridos a gorrazos por no saber hacerlo bien. Porque ya puestos a darle a la tecla, qué mejor que hacerlo sobre pata negra. En fin, que ya lo dice la frase: “Lo que natura non da, Salamanca non presta”.