Dulce Madre, ¡oh, Pastora! Tú eres siempre mi ilusión.
Yo te amo con ternura y te doy mi corazón.
Siempre quiero venerarte, quiero siempre a Tí cantar.
Oye Madre las plegarias que te entono con afán.
Madre, cuando yo muera, ¡ acógeme!
Allá en el trance fiero, ¡defiéndeme!Madre mía, no me dejes,
que mi alma en Tí confía.
¡Virgen mía, sálvame!