Coppelia y la ineficiencia.
Posted on 9 noviembre, 2012 by juanmartoranoNICMER N. EVANS
Recientemente en un acto de contrición, el presidente Chávez ilustraba con el caso de la fábrica de helados Coppelia cómo la ineptitud, ineficiencia e ineficacia golpean la posibilidad de lograr la calidad revolucionaria. La serie de irregularidades detectadas producto de lo que el Presidente llamó “rumores que le llegaron”, expresa un problema estructural en los sistemas de comunicación para la detección de crisis, cosa que habla mal de la institucionalización de la denuncia, la transparencia y el control social en el marco de un proceso revolucionario que tiene casi 14 años y que debe ser atendido con urgencia, ya que la eficiencia no lograda por “rumores”, sino por métodos científicos de verificación. Lo que menos me preocupa es que esto pase en una fábrica de helados. Lo que más me ocupa es que pasa en sectores más neurálgicos como en el de la producción de alimentos básicos, en la creación de vías de comunicación y mantenimiento de calles, en el sector eléctrico o en edificaciones como por ejemplo la Torre Este de Parque Central. Pero al final, la “mano de hierro” o el “látigo Chávez” podrá fustigar lo que le dé la gana, y seguro logrará acelerar algunos procesos o resolver algunos problemas a punta de recursos asignados y reasignados para tal fin, pero seguiremos teniendo la misma crisis estructural mientras no resolvamos el problema de fondo: “Formación política y capacitación técnica” de los cargos directivos, equipos ejecutivos medios y funcionarios públicos, dentro de un “Sistema de formación para los servidores del pueblo”, que pueda permitir servir las bases para la “transformación del Estado”, tomando distancia de la vieja y vencida “Copre”. No podemos seguir reformando el Estado, es imprescindible avanzar en el cambio de conciencia de los funcionarios públicos, entendiendo que esta denominación debe ser superada por la concepción de los “servidores del pueblo soberano”, las estructuras del Estado deben así pasar a ser subordinadas al poder comunal, y viabilizar el Estado comunal; si no, esto no será un proyecto socialista nunca.Para ello, sin un sistema de formación avanzado y sin la dirección política en manos de cuadros políticos formados por la revolución, lo único que se logrará es la emoción de cambios coyunturales sin posibilidad de que el proceso trascienda más allá de Chávez. La revolución puede vivir sin helados pero no puede vivir sin revolucionarios formados para la revolución, a menos que aceptemos que los cuadros político-técnicos del chavismo se sigan formando en el Iesa. evansnicmer.blogspot.com / @NicmerEvans