El apareamiento es un asunto complicado. Los animales deben conseguir la pareja deseada, competir con sus congéneres y evitar ser devorados por los depredadores. Para obtener el éxito, algunas especies alteran a su favor algunos de estos parámetros. Por ejemplo, mientras las truchas fingen orgasmos para descartar a machos no deseados, hay ranas que no abandonan su labor aunque maten a la hembra. Los zapateros ( Limnotrechus gracilicornis) machos atraen a los depredadores para influenciar en la decisión de las hembras.
Normalmente, cuando los machos hacen señales visuales o sonoras para atraer a las hembras, estas son más vulnerables a los depredadores. La intensidad de esas señales debe equilibrarse entre los beneficios y los riesgos. Si es demasiado llamativa, atraerá mejor a las hembras, pero también a los depredadores. En caso contrario, se aumenta la supervivencia, pero se dificulta la reproducción. Por otra parte, las hembras también pueden exponerse cuando buscan el macho, por lo que la cooperación es la clave...o no.
En los zapateros ( Limnotrechus gracilicornis), los machos y las hembras tienen objetivos opuestos: los machos buscan copular con el mayor número de hembras posible y estas con el menor número de machos. Por esta razón, un escudo vulvar evita la cópula con machos no deseados. Para atraerlas, los machos realizan vibraciones en la superficie del agua. Desafortunadamente, otros insectos acuáticos y peces pueden captar estas vibraciones y atacarlos desde abajo. Dado que en la posición de cópula la hembra presenta más riesgo de ser devorada al estar debajo, las hembras no receptivas deben evitar responder demasiado tarde, pues implicaría que el macho necesitaría estimularla más, llamando la atención de los depredadores.
Por lo tanto, si no quieren morir, las hembras deben permitir antes la copulación. Además, debido a esto, si hay más depredadores las hembras responden antes. Ambos sexos han evolucionado competitivamente para promover o reducir la interacción, pero el control de las señales ha favorecido a los machos.
Fuente:
- Han, C. S., & Jablonski, P. G. (2010). Male water striders attract predators to intimidate females into copulation. Nature communications, 1(1), 1-6.