Recomiendo este artículo con el que me he topado en el feisbuc que esta en Intelbook.com.
La cosa es sencilla: Un currela mileurista, que se mete eso en el bolsillo a final de mes, en realidad, debe generar recursos para más del doble de gasto. Es decir, que si tu jefe te paga 1.000 € a final de mes, tú has generado recursos por 2.100 (o más) lo que quiere decir que alguien se ha metido en su bolsillo el resto. Ese alguien es el gobierno de turno. El de antes y el de ahora.
Vienen tiempos difíciles, y parece que a ningún partido en el hemiciclo le importa un carajo que nos roben por decreto ley. A ningún partido y a muy pocos particulares. Están bien esos gestos de los que están renunciando a ciertos privilegios, como el nuevo consejero de Bankia, pero no es de recibo que por solidaridad, por el estado del bienestar o por la coperación internacional, a un paisano le quiten la mitad de lo que debiera llevarse, por derecho, a casa.
Con eso, se hacen carreteras. Ayer me hice Valencia - Ciudad Real, por una magnífica autovía desierta. En la estación del AVE de Requena, bajan 7 viajeros al mes (creo) para un gasto de 50 milloncejos. Suma y sigue. No digo yo que no haya que hacer carreteras que sean la bomba, pero racionalizar el gasto tampoco está de más. A todos nos debe de parecer cojonudo que esto sea así, visto lo visto el pasado veinteene. ¿No?
Todos estamos encantados. No veo arder ministerios, ni coches oficiales. Todo está bien. Ahora los recortes. Las subidas de impuestos. En fin, las cosas que todos sabemos que vendrán. Todo, menos meter la tijera en el gasto público de verdad: Empresas públicas deficitarias, estado por triplicado, subvenciones a amiguetes o conocidillos, gasto para contentar y pagar favores, etc.
Y lo que yo me pregunto es si tu te lo preguntas... Si has pensado alguna vez en esto y si te sale a cuenta. Seguro que hay muchos a los que sí les sale a cuenta, a mí no, Supongo que a muchos otros tampoco. ¿Pensamos? ¿Usamos la cabeza?
Mi amigo Rafa está totalmente de acuerdo conmigo, y aun así le cuesta mucho no votar al PSOE. El luchó y corrió delante de los grises, pero sabe que le han engañado. Aún así el corazón le dice que sociata.
Están los que votan en contra... estos son los del hígado. Yo no votaré a los rojos. Yo no votaré a los fachas. Hay vida más allá. Mucha más vida.
¿Y para cuando votar con la cabeza?