"El perro se quedó en el portal, quejándose del costado llagado, se apretujó jadeante contra la fría pared y decidió firmemente que ya no se movería de allí; que allí, en el porche, exhalaría su último suspiro. La desesperación se apoderó de él. En su alma solo había dolor y amargura. Se sentía tan solo y amedrentado que unas diminutas lágrimas de perro, como ampollas, salían de sus ojos y se congelaban al instante."
Pero un golpe de la fortuna va a hacer que Shárik sea adoptado por una eminencia científica, el profesor Filip Filípovich. Desde ese momento, la existencia de Shárik cambia radicalmente: a cambio del fin de su libertad consigue un refugio con calor y comida ilimitados. Para el protagonista es el paraíso, aunque pronto va a descubrir que su estancia en su nuevo hogar esconde propósitos mucho más siniestros, puesto que el perro va a ser protagonista de un experimento que pretende convertirlo en un ser humano.
Con lo que no contaba Filip Filípovich es con el hecho de que la necesidades de un hombre son mucho más amplias que las de un perro. El Shárik semihumano querrá vivir en sociedad, optará a un puesto de responsabilidad en el nuevo Estado y desarrollará un carácter monstruoso, herencia de la parte animal que todavía lleva consigo. A partir de aquí se desata la vena satírica propia de un escritor tan radicalmente libre como Bulgákov. No es difícil advertir una gruesa crítica a las pretensiones de la nueva Unión Soviética de crear un hombre nuevo partiendo de un material que el escritor consideraba corrupto. Como no podía ser de otro modo, dado el ambiente imperante en el Moscú de la época, la obra fue censurada y solo pudo circular, hasta 1987, año en el que fue reeditada, en ediciones clandestinas, una muestra más de la inmensa tragedia que sufrió la literatura rusa con el advenimiento del poder soviético. Es bueno recordar unas reflexiones del doctor, protagonista de un experimento fallido, pero repleto de buena intenciones, quizá una especie de mensaje baldío a las autoridades:
"Con caricias. Es la única forma posible de tratar a los seres vivos. Con el terror no se consigue nada de los animales, sea cual sea su nivel de desarrollo. Siempre lo he dicho, lo digo ahora y lo seguiré diciendo. Es inútil que algunos piensen que el terror les va a ayudar. No, no les ayudará sea cual sea: ni el blanco, ni el rojo, ni siquiera el pardo. El terror paraliza el sistema nervioso."