Hola a todos. Ha pasado un largo tiempo desde que escribí aquí por última vez. No sé si este es el primer peldaño de un regreso (prefiero no hacer promesas), o seguiré publicando solo de vez en cuando.
Tenía ganas de hablaros de la última gran película que he visto, aunque en el fondo es pequeña, muy pequeña. Enterrada bajo el aluvión de novedades de las plataformas he encontrado una pequeña joya, cómo no, en el catálogo de Filmin.
A sus 43 años, Fúsi es un ser aparentemente inadaptado, con sobrepeso, que vive en casa de su madre y dedica gran parte de su tiempo a coleccionar juguetes y a recrear mediante maquetas batallas de la Segunda Guerra Mundial.
Y digo “aparentemente” porque esta es la gracia de la película a mi modo de ver. Nos confronta con nuestros prejuicios. Vemos al personaje y al instante lo estamos juzgando, categorizando. “Es un friki”, “es un inadaptado”, “es rarito”. A esto colabora el resto de personajes que se va encontrando el protagonista y que le recuerdan que debería intentar ser más “normal”. Incluso una niña a la que hace compañía ante la ausencia de su padre parece recriminarle que a su edad no tenga novia, no sea como el resto, no sea…eso: normal.
Hay dos maneras de ver esta película: como la historia de un inadaptado, un personaje torpe socialmente que deja de serlo de forma súbita en un prodigio de superación. Y otra, bastante más interesante en mi opinión, en la que Fúsi ya es desde el primer minuto esa persona que nos enamora hacia el final de la película. Al fin y al cabo… ¿quién es Fúsi?
Virgin Mountain, título en inglés de Corazón Gigante (nombre original islandés Fúsi)
Fúsi es una persona que disfruta de su tiempo libre de manera plena, que tiene un buen amigo (y sabemos que es bueno porque le ayuda sin hacer preguntas); que sabe lo que quiere y es capaz de disfrutarlo. Es alguien querido, esto lo sabemos por el locutor de radio y por el mesonero que le sirve su comida favorita cada viernes. También por su jefe, descubrimos que es un buen profesional, y por su madre que es un buen hijo.
¿Es Fúsi un inadaptado porque prefiere pasar tiempo disfrutando con sus maquetas en lugar de bebiendo, como hacen sus “compañeros” de trabajo? ¿Es un inadaptado porque en lugar de pagar a una mujer por tener sexo prefiere ayudar a alguien a quien a penas conoce, sin esperar nada a cambio?
A lo largo de la película Fúsi demuestra: resiliencia, responsabilidad afectiva, capacidad de empatía y de cuidado de otras personas, sensibilidad, sentido del deber, respeto por el prójimo. Me niego a creer que esto haya aparecido de pronto, creo que estaba ahí desde el principio, y si no lo hemos visto es porque nosotros también lo hemos juzgado sin conocerlo.
Es, además, una película sobre la bondad. La bondad no como el simple hecho de no ser malo, de no hacer putadas al prójimo, sino la bondad activa, que requiere una gran fuerza de carácter y que yo, personalmente considero muy atractiva.
Hay, (aparte por supuesto de la gran interpretación de Gunnar Jónsson), un grandísimo trabajo de guión y dirección por parte de Dagur Kári (autor que seguiré con atención a partir de ahora). Desde el principio el director nos lleva por donde quiere, enamorados de un personaje al que miramos con ternura pero también con condescendencia. Y poco a poco, vamos viendo como el personaje tiene una madurez y recursos como para darnos lecciones él a nosotros. La película se asoma a temas difíciles como la soledad, los problemas mentales, el acoso laboral… pero no los subraya, sino que los sugiere con suma elegancia.
Otro de los detalles que me han gustado es que ningún personaje es blanco o negro. Todos hacen o intentan hacer lo que creen mejor, a veces equivocadamente. Y es como si el protagonista lo supiera, porque no los juzga, ni al peor de ellos. Al principio piensas que es por pasividad o cobardía, pero según avanza la cinta te das cuenta que es estoicismo y cierta sabiduría para aceptar lo que la vida pone en tu camino en cada momento. Al fin y al cabo, es el novio de su madre quien le regala un curso para una escuela de baile que abre inesperados nuevos caminos para Fúsi. El mismo novio que abandona más tarde a su madre hace su contribución y eso me parece muy real, porque en la vida funciona así: muchas veces los aprendizajes más importantes o los sucesos más transformadores de tu vida no los protagonizan las personas más cercanas a ti, sino personas anónimas o incluso gente con la que no te llevas bien pero que contribuyen en un momento de su vida a la tuya.
Guau, pues no está nada mal para 94 minutos de metraje, ¿no os parece?