Un estudio científico afirma que las personas que van de forma continua a pasar un rato a la sauna tienen menos probabilidades de padecer un infarto de corazón.
De hecho, contra más días de la semana vayamos y más rato estemos más se notan los
beneficios de esta agradable terapia. Eso sí, hay tiempos límites, si no pasa a ser perjudicial.
Además, no sólo
ayuda en caso de ataques de corazón sino que también influye en otros puntos, incluso en los casos de muertes súbitas.
La sauna tiene un efecto positivo sobre nuestros corazones. Al menos, así lo aseguran los investigadores de la Universidad del Este de Finlandia, en Kuopio, que han hecho un estudio en el que han podido observar que las personas que van a la sauna de forma regular tienen beneficios sobre su cuerpo que hasta día de hoy no estaban confirmados.
El estudio publicado en
Archives of Internal Medicine se realizó sobre una muestra de aproximadamente 2.000 hombres de entre 42 y 60 años y fueron monitoreados y analizados por un equipo de expertos durante unos 21 años.
El resultado de dicha investigación ha demostrado que el riesgo de padecer un ataque al corazón se reduce en un 22% para aquellos que iban a una sauna dos veces a la semana y e incluso se llegaba a alcanzar un porcentaje de un 63% para los que lo podían ir de cuatro a siete veces cada semana,es decir, que había quien cada día se pasaba unas horitas en una sauna.
Otra curiosidad sobre este estudio es que
no sólo se redujeron las muertes por enfermedades relacionadas con el corazón sino que también pasaba en otro tipo de causas. Eso sí, no concretan cuáles son las otras causas sino que hablan de muertes en general. En estos casos, las personas que se sometían a dos o tres saunas semanales tenían una probabilidad menor de morir que los que no iban, concretamente lo calcularon en un 24% menos, llegando hasta un porcentaje que se elevaba al 40% para los que iban de cuatro a siete días.
Los investigadores dicen que los beneficios dependen principalmente de la duración de la estancia en el ambiente cálido. Los que superaban los 19 minutos dentro de ese ambiente disminuían también la probabilidad de morir por culpa de una muerte súbita en un 11% si lo comparaban con los que se pasaban allí sólo unos 11 minutos. Pero hay que ir con cuidado,
como máximo deberíamos estar 25 minutos dentro porque de lo contrario podría disminuir demasiado la tensión arterial y producirse una sudoración excesiva que pasaría a ser perjudicial.
Este efecto sobre la salud y el corazón, aunque no está aún confirmado, se cree que puede estar relacionado con el efecto que tiene este tipo de ambiente cálido y húmedo en nuestro sistema circulatorio porque ayuda a mantener una buena elasticidad de los vasos sanguíneos y a disminuir la presión arterial, que por lo general, tiende a ser alta en la población.
Eso sí,
la sauna debería estar a unos 80-90ºC, no más. Y deberíamos entrar en ellas habiendo descansado al menos una media hora.
Por otro lado es conveniente recordar que no todo el mundo puede entrar en una sauna. Hay algunas contraindicaciones también relacionadas con el corazón, con infecciones, con hongos, etc. Así que debemos preguntar primero al médico para que nos pueda guiar según nuestro historial.