Por fin acabó la huelga de barrenderos y jardineros en Madrid. Los trabajadores, unidos y organizados, han evitado cientos de despidos.
Vamos, que de más de mil despidos, nadie se va la calle. Hoy han empezado a limpiar las calles y, debajo de tanta mierda, ha surgido un corazón que andaba por los suelos. Un amor roto sepultado por la basura ha visto la luz. Ahí anda. Pisoteado y por los suelos. Solo. Pero hoy ha visto la luz.