El sonido de la puerta metálica abriéndose se ha convertido en alarma. Nos avisa cuando algo puede pasar aunque nada pasa. 10 horas dieron hace treinta minutos frente a un chalet de Córdoba. La policía busca pistas sobre dos niños desaparecidos. Dentro, un drama que un muro blanco esconde. Fuera café y palabras de ánimo para reducir la espera.
Ya van 11 horas de guardia. La policía ha hecho en la puerta cinco relevos... Fuera, la prensa, ninguno. La ultima pareja de agentes es la más simpática y se les ha escapado que dentro están cavando. Ya lo sabíamos. Hay prisa por resolver el caso, de otra manera la policía no cavaría bajo una noche oscura de finas estrellas y largo cansancio.
Son las tres menos cuarto. Llevamos más de 12 horas y la chaqueta que usé hace poco en el directo cubre ahora el frío a Julio, mi compañero. Apenas quedamos diez periodistas, el resto se fueron hace rato. Ya casi nadie habla, unos escuchan la radio, otros miran su teléfono y yo escribo mientras espero que suene de nuevo una puerta metálica.