De acá a octubre parece un trecho muy largo para los partidos patronales de la provincia. De la Sota aspira a llegar a las elecciones sin que se le desmadren las finanzas provinciales, y en la medida que la elección es enteramente nacional (sólo se eligen diputados nacionales) lo coloque como una alternativa de relevo al kirchnerismo. Hasta ahora no parece que pueda lograrlo.
Cuando creyó que con el recorte a los jubilados (prórroga del pago de los aumentos) y la “tasa vial” (impuesto a los combustibles) zafaba, la quiebra de las finanzas provinciales lo obligó a un aumento del inmobiliario urbano e incluso un enfrentamiento con el sector rural (al cual terminó sacándole 310 millones a cambio de una promesa de eliminar el inmobiliario rural en 2014) y al aumento del 25% del boleto interurbano. Así y todo debe recurrir a un nuevo, ya súper abultado, endeudamiento -a la prórroga del pago a proveedores, y al recorte de gastos sociales, cuando la desocupación empieza a hacerse fuerte en los barrios como resultado del derrumbe de la construcción. En las gateras está el aumento de las tarifas de la electricidad, empujadas por el aumento de Cammessa, y de agua, entre otros servicios. De la Sota no tiene otra cosa que ofrecer que ajuste, impuestazos y tarifazos.
Para completarla, el panorama de la industria automotriz no suena prometedor, a pesar del repunte del mercado brasileño (cuyo alcance está supeditado al desenvolvimiento de la crisis mundial). VW va por una reestructuración a la baja y ya provocó 19 despidos. Políticamente las cosas no van mejor. Macri y Scioli le vienen “trabajando” la provincia, explotando las fisuras dentro del PJ local. Los intendentes están tironeados entre éstos y el gobierno nacional, y como ninguno juega su propio pellejo en la elección están a la caza de la mejor oferta. El resultado para De la Sota puede ser la pérdida de los dos tercios en la Legislatura provincial por deserciones de su bloque.Los radicales sueñan con un resurgimiento como resultado de haber recuperado la intendencia capitalina, por eso han rechazado de plano cualquier acuerdo con el FAP, que implicaría negociar con Juez. Sin embargo, Mestre empezó el año con un aumento del transporte, urbano, del inmobiliario (el ABL de Buenos Aires) y con el aval a negociados inmobiiarios. Las finanzas municipales no gozan de mejor salud que la de las provincias.
La crisis no perdona. El kirchnerismo pretende explotarla denunciando el carácter ajustador de De la Sota y Mestre, tratando de ocultar que le retacea fondos a la provincia y al municipio (fundamentalmente jubilaciones, obras públicas y subsidios al transporte) tercerizando en De la Sota el trabajo sucio del ajuste. Pero su propia política terminó quebrando su débil inserción en la provincia: el impuesto al salario y la negativa a enviar los fondos de la Anses a la Caja de Jubilaciones le terminó provocando una crisis con la burocracia sindical afín (perdió la dirección de Luz y Fuerza y la UOM). La elección del nuevo rector de la UNC en marzo mostrará la declinación del kirchnerismo en la misma, la actual rectora, Scotto, probable cabeza de la lista K en octubre, no logra una sucesión propia y la UNC podría quedar en manos de los radicales.
Por el lado del centroizquierda las cosas no van mejor. El juecismo debe lidiar con la derrota en las provinciales, y sobre todo en las municipales de Capital, donde pasó de vencedor absoluto desde 2003 a salir cuarto con sólo dos concejales. El FAP en córdoba está asentado sobre la base del juecismo, los demás, desde el PS al MST son fuerzas marginales. Juez en 2012 salió a coquetear con el kirchnerismo votándole algunas leyes clave, como la designación de Marcó del Pont al frente del Banco Central y la expropiación de Ciccone, pero más simbólico aún fue el ataque de Juez a La Voz del Interior y a Clarín, denunciándolos como agentes de De la Sota.El centroizquierda acusa a De la Sota de “no gestionar” y dedicarse a gastar fondos en su campaña presidencial. De la Sota está gestionando a favor de los pulpos automotrices, de los pools sojeros y de Monsanto, entre otros. La crítica a De la Sota es una delación de la política del centroizquierdismo frente a la crisis.
Nuestra política
La crisis de las diversas fuerzas políticas plantea una disgregación que se hará manifiesta cuando más cerca se esté de las elecciones.
En el medio la bancarrota capitalista hará lo suyo, clarificando ante las masas el carácter de cada fuerza política. Por último se trata de una “interna” entre ajustadores, algunos partidarios de una megadevaluación y otros que caminan hacia ello.
Para los trabajadores cordobeses está planteada la continuidad de los grandes combates que protagonizó el año pasado como fue la lucha contra el recorte jubilatorio (que este año adquirirá nuevas versiones), el impuesto al salario, la defensa del ambiente (contra Monsanto), entre otras reivindicaciones. Será también la continuidad de la lucha contra el código de faltas que movilizó miles en la provincia.
En el plenario provincial de principios de diciembre y en el picnic de fin de año, el Partido Obrero lanzó su campaña llamando a los trabajadores y a la juventud a sumarse a la izquierda para intervenir autónomamente en la crisis capitalista no sólo en las luchas también en el terreno político, rechazar por igual a oficialistas y opositores por responsables de las penurias y ataques que vive el pueblo argentino.
En 2011 el Frente de Izquierda obtuvo un 4% de los votos, saliendo de la marginalidad electoral; el gran paso es ubicarnos en el centro de la situación, convirtiendo a los trabajadores en una alternativa de poder.
Con ese fin diseñamos una agenda para que Eduardo Salas y Cintia Frencia (legisladora electa del FIT) recorran la provincia realizando asambleas y reuniones, asistiendo a los medios de comunicación para llevar la posición de la izquierda revolucionaria.
Eduardo Salas