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“CON LA MUERTE EN LOS TALONES”… TODOS, PERO ALGUNOS MÁS

Si la realidad no se obstina en castigarnos más, posiblemente en España nos encontremos ahora en los momentos peores de esta epidemia con nombre de virus regio y apellidos de indiscriminada fatalidad.

Cada jornada amanecemos “con la muerte en los talones”, pero nos persigue a una distancia que no es para todos igual. Los que nos quedamos en nuestra vivienda no debiéramos protestar, pues hay otros que sienten más cerca el resuello de esa guadaña mortal que llevan pegada a su espalda todo el día con el fin de podernos ayudar.

Sanitarios, policías y militares, transportistas, farmacéuticos, comerciantes de higiene y alimentación, limpiadores, periodistas y algunas ocupaciones más, estoy convencido de que no arriesgan su vida por obligación laboral sino por seguir la llamada de su moral, algo que las catástrofes siempre se encargan de aflorar...