Foto de Archivo
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró que la jornada de ayer (9/17/2014) fue una batalla dura, pero positiva, en referencia a las dos marchas ocurridas aquí, una protagonizada por simpatizantes y otra por opositores.En un conversatorio con medios de comunicación locales, el mandatario estimó que los hechos de la víspera demuestran que el viejo país está quedando atrás pues la gente ha decidido que "no pueden volver los mismos de siempre".
Correa resaltó las diferencias numéricas abismales entre ambas demostraciones, y señaló que mientras los seguidores de la Revolución Ciudadana llenaron la plaza de la Independencia, los opositores no lograron completar la de San Francisco, como era su objetivo.
Asimismo, rechazó los hechos de violencia que se registraron en la manifestación opositora, donde personas encapuchadas lanzaron piedras, cocteles molotov y maderos encendidos contra los policías, con un saldo de unos 16 uniformados lesionados, dos de gravedad.
Esos fueron actos delincuenciales y serán sancionados, afirmó el presidente, y agregó: "ahora dirán que son perseguidos políticos y que estamos criminalizando la protesta social, pero lo criminal es lanzar piedras a los policías".
Correa recordó cómo algunos manifestantes destruyeron el adoquinado de la Plaza, que como parte al centro histórico de Quito es Patrimonio Cultural de la Humanidad, para aventar las piedras contra los uniformados.
El ministro del Interior, José Serrano, informó que se tomarán acciones legales contra los autores de las agresiones a los policías y señaló que él pondrá personalmente la denuncia.
En declaraciones al canal de televisión Gama TV, Serrano agregó que se detuvo a unas 120 personas, de ellas 54 menores de edad que fueron entregados a sus padres. /PL