Revista Opinión

Correción política, Putin y Trump

Publicado el 07 marzo 2017 por Pelearocorrer @pelearocorrer

Hacía tiempo que no me reía tanto. Hoy he escuchado en la radio los comentarios del secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos de América, el señor Ben Carson. Ha dicho lo siguiente: “Hubo otros inmigrantes que llegaron aquí en el fondo de barcos de esclavos, trabajaban incluso jornadas más largas e incluso más duras por menos“. Equiparar un esclavo a un inmigrante puede ser una torpeza o un finísimo Correción política, Putin y Trumpacierto, solo depende de qué derechos creas que tienen ambos. Quizá lo que quería Ben Carson era decirnos que no hay diferencia entre un esclavo y un inmigrante. Con este tipo de declaraciones siempre me queda la duda: ¿son tan inteligentes que yo, que soy idiota, no las pillo? La corrección política ha dado tantas vueltas de tuerca a los posicionamientos morales que uno ya no sabe si tiene que defender al más fuerte o atacar al más débil. Tampoco sabe uno si llamarle fascista a Hitler, no vaya a ser que me hackeen la cuenta de twitter. Llamar a las cosas por su nombre parece que trae muchos problemas.

Donald Trump representa todo lo que alguna vez uno piensa y no se atreve a decir por decoro. El racismo, el egoísmo, la falta de humanidad son una suspensión de lo que podemos llamar “calidad humana”. Cuanta más calidad humana más estúpidamente benévolo, solidario e integrador se vuelve uno. Así que suspender esa proyección de uno en los otros supone volverse un salvaje y desatar la naturaleza íntima (que lleva amaestrada tanto tiempo en la oficina). Yo creo que Donald Trump es la gran transgresión que los estadounidenses se permiten después de la falsedad de Obama, como si hubiesen ganado una apuesta con el primer presidente negro de la historia pero el botín no les pareciera lo suficientemente jugoso. Yo creo, amigos, que los americanos son unos paletos. Yo creo que los discursos de Obama que tanto se citan si los pronunciara en España un político le tirarían tomates, y no por provincianismo: el listón está aquí mas alto que allí. Amigos, yo creo que Estados Unidos no es para tanto y que Parla puede ser mucho más interesante que Ohio.

Correción política, Putin y Trump

El problema es que Trump empezó haciéndonos gracia, pero los chistes que cuenta son demasiado fáciles y todos acaban igual: matan al negro, se follan a la chica. La rareza, la anomalía, el exotismo de un presidente profundamente racista en la Casa Blanca empieza a asustarme. Ya no le veo la gracia. Si, como ha afirmado, pretende que los Estados Unidos “vuelvan a ganar guerras”, viviremos ocho años bajo el discurso ininteligible de las armas. Un discurso que no había desaparecido pero se mantenía convenientemente silenciado.

Ante la advertencia de la administración Trump de recortar la ayuda en defensa en la zona euro Suecia ha restablecido el servicio militar obligatorio por miedo a que Putin caiga en la tentación de expandirse territorialmente. La relación esquizofrénica entre Donald Trump y Vladimir Putin va a convertir el mundo en un manicomio. Putin se quedará con Europa y Trump peleará por impugnar el orden asiático (parece que ya mueve sus piezas cerca de la península coreana). Nos acercamos a un nuevo orden mundial con dos líderes que despiertan en la misma medida pavor y risas, como las películas de Tarantino.

Correción política, Putin y Trump

Imagino que cuando se haga un llamamiento antimilitarista los adalides de la verdad, aquellos que luchan contra la corrección política, se apresurarán a llamarnos hipócritas y blandos y nos joderán la cuenta de Facebook y twitter y luego hablarán de libertad de expresión y que su verdad es tan válida como la verdad de cualquiera y que la solidaridad ha fracasado y que la libertad solo se consigue con un esfuerzo monumental de sangre sudor y lágrimas.


Archivado en: opinión, politica Tagged: Ben Carson, Donald Trump, Vladimir Putin
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