Revista Belleza
A principios de septiembre hice una escapada al Corte Inglés de Callao y pasé por la pelu y después por el stand de MAC. Tenía una idea muy clara de lo que quería: el corrector studio finish. Sin embargo, la chica que me atendió me dijo que no me lo recomendaba porque era muy evidente puesto en la piel y que sólo me iría bien si me echaba base y después polvos, pero no para un maquillaje natural y ligero como el que yo suelo usar a diario, con maquillaje mineral en polvo. De primeras me quedé un poco chafada porque había visto en muchos vídeos el corrector studio finish y me parecía muy apropiado para mi, sobre todo por su cobertura... pero efectivamente no quería que se notara a la legua y hace siglos que no me maquillo con pre-base, base líquida y polvos (no tengo tiempo para tanto potingue).
Me aconsejó el corrector pro longwear y me probó dos tonos. Me gustó bastante. La cobertura era media y el tono, el NW20, bastante aproximado a mi color de piel. Así que me lo llevé, creo que fueron... ¿17 euros?. No me pareció nada caro porque a mi este tipo de productos, incluso usándolos a diario, me duran años (no exagero) y cualquier corrector de L'Oreal, por poner un ejemplo, cuesta poco menos (y la diferencia de calidad en muchos casos es grande).
Una vez en casa debo decir que no me entusiasmó. La chica me recomendó aplicármelo con pincel, pero no me gustaba nada el acabado (usando un pincel de corrector de la misma marca MAC, por cierto). Como mejor resultado me daba era aplicándolo con los dedos pero le sacaba dos defectos principales:
- Poca cobertura (desde luego, menos de la que yo esperaba y necesitaba).- Facilidad para meterse en los pequeños pliegues de la ojera, lo cual envejecía bastante la mirada.- Quizá un poco seco, más difícil de trabajar que otros correctores líquidos que he usado.
Sus principales virtudes eran aguantar toda la jornada (algo lógico porque es waterproof) y el tono. En cualquier caso, un producto para no repetir.
Lamentablemente (o quizá no tanto), hace unos días se me cayó al suelo y se rompió. Sí, el envase es de cristal y es una porquería. Me prometo a mi misma nunca más volver a comprar un corrector con dosificador porque es muy difícil pulsarlo poquito y al final sale mucho más producto del necesario. Y, desde luego, nunca más un corrector en bote de cristal porque se rompen con mirarlos.
Me he quedado sin corrector. Estoy usando, nuevamente, el que tenía de ELF, el under eye concealer and highligther de la gama studio.
Comparando ambos, me quedo con este último sin dudarlo. El corrector de ELF tiene una duración muy buena, un tono muy parecido a mi piel y además muy luminoso (bastante más que el de MAC), no se me pliega en absoluto en la ojera y, ni qué decir tiene, es baratísimo. Eso sí, comparte el mismo defecto con el de MAC: una cobertura más bien escasa para mis necesidades actuales.
Como del corrector de ELF me queda muy poquito producto, tengo que ir pensando en adquirir un nuevo corrector.
Os cuento mis necesidades actuales para ver si alguien me puede orientar:
- Finalidad de uso: ojeras y algunos granitos.- Cobertura: cuanto más alta, mejor, pero sin parecer un pegotazo.- Color muy clarito y que no tire ni al amarillo ni al naranja, como suele ocurrir en las marcas baratas de droguería.- Me gusta el formato líquido mucho más que el compacto.- Precio asequible, no estoy por la labor de gastarme otra vez una pasta en un corrector.
¿Qué os parece?.